Liga BBVA | Espanyol
El 'AS' nipón aguantaría hasta 70 partidos al año
Nakamura pasó con nota la revisión médica... y conoció 'su' periódico
Es la locura que no cesa. Shunsuke Nakamura vivió ayer su primer día completo en Barcelona, algo menos estresante que su aterrizaje, el viernes por la tarde rodeado de 300 hinchas. En esta ocasión le tocaba pasar la revisión médica, en la Clínica Creu Blanca, donde le esperaban una veintena de periodistas japoneses. Pero ni la excitación ni el jet-lag, ni tampoco su historial clínico -con alguna lesión del pasado- rebajaron su nivel. "A sus resultados les pondría un 8,5 o más", aventuró Julio Romero, médico del Espanyol, que siguió su examen (prueba de esfuerzo, analíticas y ecocardiograma).
De hecho, Nakamura deberá volver a la clínica entre el martes y el miércoles para realizar más tests físicos, puesto que los de ayer indicaban más cómo estaba de salud. ¡Y cómo estaba! "Puede aguantar el ritmo de la Liga española. No en vano, está acostumbrado a jugar entre 60 y 70 partidos al año. Se nota que aguanta el esfuerzo", indicó Romero, quien explicó que Nakamura se cuida y mucho: "Lo tiene muy claro, hace muchos estiramientos preventivos y es muy metódico en todo". El Espanyol ya dispone de su historial, que el Celtic de Glasgow le envió "en un sobre cerrado".
Una de las anécdotas de la jornada fue la preocupación que los compatriotas del jugador exhibieron por su nutrición. El médico perico les indicó que bastará con la comida española, la famosa dieta mediterránea, y que no importa si lo alterna con la comida japonesa, tan de moda últimamente.
Mejor que en Escocia. Entre los periodistas nipones que siguen desde hace años la carrera de Nakamura se impone la idea de que, a pesar de tener 31 años, puede triunfar en la Liga española más incluso que en la escocesa, donde fue proclamado mejor futbolista. La razón: aquí predomina la técnica, que él domina, sobre el físico, un aspecto que nunca fue su fuerte aunque mejoró a marchas forzadas en las tres campañas últimas.
Para comprobar su calidad técnica habrá que esperar. Sin embargo, su calidad humana queda ya fuera de toda duda. El viernes por la tarde, y después de subir en el automóvil que le despejó de las aglomeraciones de hinchas, fue bajando la ventanilla y firmando autógrafos a todos los pericos que se iba encontrando por el parking del aeropuerto. Ayer por la mañana, otro ejemplo: atendió a AS, con mezcla de timidez y simpatía. Sonrió viéndose en el periódico... Y más cuando vio la contraportada.