Las altas pretensiones del club frenan las salidas

José María Cruz, director general del Sevilla, exige gastos controlados para evitar caer en errores pasados. Prohibido el desequilibrio económico. Nada de desajustes irreparables. De ahí que el club vaya este verano con pies de plomo a la caza de refuerzos.

La plantilla cuenta, ahora mismo, con 31 efectivos. La llegada de nuevas incorporaciones obliga a firmar un puñado de salidas para evitar el peligro de tener que dejar a algunos futbolistas sin ficha y, sobre todo, huir de cargas insoportables. Los planteamientos económicos de la entidad son estrictos. Del Nido ha reconocido que se juegan mucho dinero en el capítulo de bajas, obligadas para dar entrada a los nuevos. Las renovaciones injustificadas, las altas fichas y el escaso rendimiento le explotan en la mano al Sevilla, que no quiere perder dinero en las operaciones de salidas. La filosofía se basa en recaudar, si se trata de una cesión, la amortización del futbolista de ese año: la suma de la ficha anual y la parte proporcional del traspaso. Y obtener como mínimo, si hablamos de un traspaso, lo que reste por amortizar. Las pretensiones son altas, de ahí las dificultades para soltar lastre.

El América de México no vuelve a pronunciarse sobre Mosquera; Olympiacos y Espanyol descartan a Drago y Chevantón; la ficha de Maresca es altísima; y nada se sabe de De Mul y Duda. El Sevilla deberá hilar muy fino.

El Nápoles, a por De Sanctis

La prensa italiana recoge el interés del Nápoles por De Sanctis, a quien quiere cedido una temporada. El Sevilla ha solicitado unos 500.000 euros por el guardameta, que es la cantidad que tendrá que pagar aproximadamente al Udinese en concepto de indemnización. Asimismo, el club sevillista pretende firmar una opción de compra cifrada en cerca de tres millones de euros. Si estos números cuadran, el Sevilla rentabilizaría económicamente la adquisición del portero. Otro descarte más a escena.