Juan Villalonga

"Hoy las parcelas sólo se pueden malvender"

Hace algo menos de un año su reconocida figura llegó para poner solución a la delicada situación de la entidad. A las dos semanas le echaron tras proponer una ampliación de capital. Hoy aquella propuesta es la tabla de salvación. Así lo analizó en Radio Valencia-Cadena SER.

Hugo Ballester
reportaje: ALBERTO IRANZO

¿Cómo llega realmente Juan Villalonga al Valencia?

El propietario de una empresa (Juan Soler), tenía un problema y acudió a mí para solucionar el Valencia y su situación personal. El contrato que yo tenía no era con el club, sino con Soler. Hicimos la analogía del enfermo: para resolver primero la situación de los accionistas como propietarios de la empresa, había que solucionar el problema del enfermo. Y aquí lo que ocurrió fue lo siguiente: yo creía que la medicina que había que aplicarle era hacer una ampliación de capital, porque era la única manera de salvar el proyecto deportivo y económico. En aquel momento, al igual que hoy, la situación del sector inmobiliario era preocupante, no tenía mercado pero sí se podía ganar tiempo para hacer un proyecto a cuatro o cinco años. Pero para ello era imprescindible acudir a la ampliación de capital. Además, al señor Soler lo confundieron y le ofrecieron otra medicina totalmente inviable: vender las parcelas de Mestalla. Le confundieron sobre el realismo de esta solución.

Al final Juan Soler decidió despedir a Juan Villalonga y un año después, el Consejero Delegado del Valencia ha propuesto una ampliación de capital

Yo creo que aquí lo importante es buscarle una solución al problema porque la afición del Valencia, que este año ha sido un modelo de ejemplo por su apoyo con pasión y entusiasmo al equipo, merece una solución. La pena es que hace un año, la ampliación habría resuelto el problema económico y también deportivo y ahora mismo con esta misma solución, no habrá más remedio que sacrificar el proyecto deportivo con la venta de jugadores clave. He de decir que en mis días en el club me encontré con un profesional impecable, Javier Gómez, y desde ese punto de vista, el club está en muy buenas manos. Pero hay que ser conscientes de que esta ampliación llega tarde.

¿De cuánto dinero propuso usted que fuera la ampliación de capital?

La realidad es que la ampliación era de 55 ó 60 millones de euros. En aquella situación y tal y como se encontraban los mercados financieros, era muy factible y lo teníamos cerrado, completar la construcción del nuevo estadio con una financiación de proyecto: los propios ingresos que generaría el estadio (asientos vip y palcos) serían suficientes para garantizar la financiación total del estadio. Hace un año era posible, hoy es prácticamente imposible. No hay financiación ajena para completar el estadio a no ser que se aporten o recursos propios o algunas soluciones imaginativas que en cualquier caso requieren la colaboración activa de la Generalitat o del Ayuntamiento. Sobre todo, lo que ha cambiado es que hace un año había inversores institucionales dispuestos a aportar una gran parte de la ampliación de capital y hoy en día, los mercados internacionales están cerrados para esta clase de inversiones. Si se llega a la ampliación actual, será suscrita por inversores locales.

¿Usted tenía inversores para suscribir la ampliación y convertirse en los dueños del Valencia?

Efectivamente. Los inversores estaban ahí. Eran tres inversores internacionales a los que les convencía el proyecto y el programa de mejoras en la gestión, además de todas las posibilidades que les ofrecíamos. No era el proyecto de pedir una modificación en la edificabilidad, sino en sustituir el proyecto anodino y sin fuerza de cuatro o cinco torres, por una torre emblemática que fuera un referente en toda Valencia. Pero eso exige trabajo, grandes profesionales y tener un proyecto como lo teníamos.

¿Podría identificarlos y decir si usted estaba en el proyecto?

Eran inversores asiáticos. Efectivamente yo era uno de esos, pero los otros dos inversores hoy en día, para este tipo de proyectos con la crisis que está viviendo el mundo en los últimos tiempos, están totalmente cerrados.

Usted fue a cerrar el convenio pero antes de regresar ya le habían echado

En la solución que yo le proponía, él debía poner más recursos. Y hay que entender, porque es muy humano, que si viene alguien que le ofrece una solución sin la necesidad de aportar recursos diciéndole que se pueden vender las parcelas de Mestalla por 300 millones de euros, es entendible su duda. Él actuó de buena fe y las personas que intentaron convencerle irían con argumentos poco realistas porque en ese momento no había mercado para vender las torres.

¿Cuál es su relación inicial con Soriano, qué tipo de relación mantiene en la actualidad con él y si realmente vino con él de la mano a Valencia?

Él contacta conmigo con el objetivo de vender las acciones de Soler. Pero el problema no era encontrar un comprador a las acciones sino una solución al Valencia, porque aquellas acciones en aquel momento valían cero, no valían nada. A partir de ahí se desarrollaron una serie de conversaciones con Soler y no con Soriano porque era un tema del accionista más importante en la búsqueda de soluciones al problema. Soriano era el segundo máximo accionista y hay que entender también que él estuviera preocupado por defender su patrimonio. Le preocuparía tener que poner capital para suscribir la ampliación y por eso se le ocurriría que tendría acceso a inversores para resolver el problema del enfermo y el suyo vendiendo las parcelas. Respeto su decisión. Ahora mismo el proyecto deportivo desaparecerá porque al enfermo no hay que recuperarlo sino hacer un niño nuevo. A no ser que se quieran malvender tirando el precio las parcelas de Mestalla dada como se encuentra el sector inmobiliario, va exigir todavía muchos meses para darle una solución a ese activo.

¿Qué intención tenía Soriano entonces?

Mantenerse como propietario del 10%, ser presidente del club, y traer uno o dos inversores que le compraran a Soler sus acciones. Pienso que Soler tenía un problema muy importante, quería lo mejor para el Valencia, creyó que ésta era la medicina para el club y desgraciadamente no ha funcionado. Esperemos que la ampliación se lleve adelante y que no sea simplemente una táctica para comprar tiempo y vender las parcelas de Mestalla porque, a no ser que se regalen, no tienen venta.

Entonces, ¿descartamos su vuelta a la entidad?

Descartamos a Villalonga para una involucración activa y que sea la cara del proyecto. Yo como valenciano y valencianista siempre estaré ahí. Por eso me pongo a disposición y a mis contactos de los futuros dueños del club, porque aparecerán, tienen que hacerlo.

¿Cómo vislumbra el futuro?

Estamos hablando de otro proyecto totalmente distinto aunque la medicina sea la misma. No hay financiación para el nuevo estadio, va a ser necesaria la venta de nuevos jugadores. Se ha perdido un año en cuanto al desarrollo inmobiliario del proyecto de las parcelas de Mestalla y esto es, apagar el fuego y evitar que la compañía entre en suspensión de pagos.

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