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Juan José Cobo Plana

"¿Ascenso? Ramírez lo acabará consiguiendo"

Figura en el santoral del universo de la Unión Deportiva. La hemeroteca engrandece su aura. La óptica actual que ofrece, serena y madura, es de obligada consulta.

Ignacio S. Acedo
Juan José Cobo Plana.

Ya no se le ve por el estadio con la bufanda ajustada al cuello como era imagen habitual hasta hace poco...

Antes iba siempre. Ahora, con la responsabilidad profesional que he adquirido en mi despacho, prefiero pasar el tiempo de descanso con mi familia y disfrutar de más tranquilidad. Pero estoy siempre muy pendiente de la Unión Deportiva. A la distancia, pero atento a los resultados y noticias que dan los distintos medios de comunicación.

¿Le sigue parando la gente por la calle? En tiempos, fue toda una celebridad pública por lo que hizo con la Unión Deportiva.

Taxistas, aficionados... Todavía me preguntan por todo lo que pasó, aunque eso ya es historia. Se hizo un trabajo que culminó bien y queda para el disfrute de los aficionados. Mi protagonismo ya pasó.

Le llegaron a santificar en todos los foros. Insignia de oro y brillantes del club, peñas con su nombre, el estadio coréandole a pulmón...

Bueno, también luego me crucificaron. En mi balanza de recuerdos, sin embargo, pesan más los aciertos que los errores, que seguro que los tuve.

Mire atrás. ¿Qué momentos rescata de todo lo vivido?

Destaco por encima de todo dos situaciones. Primero, la soledad que sufrimos Miguel Ángel Ramírez y yo cuando creíamos que, pese a todos los esfuerzos, iba a ser imposible sacar esto adelante. Y, segundo, ver el estadio lleno en el partido frente al Rayo Vallecano en Segunda B. En mi vida hubiese imaginado que se metieran más de treinta mil personas con todo lo que estaba pasando. Lloré de emoción.

¿Sigue manteniendo contacto con Miguel Ángel Ramírez?

Tengo un trato muy afable. No es la relación de hace unos años porque ya me desligué del proceso concursal y tengo mis obligaciones. Pero hablamos por teléfono y cuando Las Palmas estuvo en Huesca me invitó a estar con él en el palco. Fue un gran detalle. No hay tanto roce pero el respeto es el mismo.

El presidente ya habla de un proyecto de ascenso a Primera. ¿Demasiado arriesgado con todo lo que se padeció hace poco?

Lo que puedo decir es que si alguien puede conseguir este objetivo es Miguel Ángel Ramírez. Y lo hará. Pero pienso que subir es una lotería y no depende enteramente de lo que hagas. No hay una receta mágica. De hecho, hay clubes con el doble o triple de presupuesto que el nuestro que no lo van a lograr este año. Y el Tenerife, si al final sube, habrá necesitado de mucho dinero y tiempo para culminar el objetivo. Pido un poco de memoria. Recordar que venimos de una liquidación casi hecha. Pienso que hay que tener más paciencia.

¿No ve lógico que se ilusione a toda la afición de esa manera después de una temporada tan discreta?

Está bien para ilusionar, de acuerdo. Pero creo que es fundamental mantener la coherencia. No veo motivo para que existan prisas en subir. ¿No es mejor consolidar las bases antes que ascender y bajar al año siguiente? Meternos presión de esta manera no es lo adecuado, en mi opinión. No veo tampoco que exista una necesidad tan grande a corto plazo. Las Palmas volverá a Primera, que es el lugar que merece, pero viene de donde viene, de estar prácticamente muerta, y todo lleva un proceso. Han pasado pocos años como para entrar en aspiraciones tan altas.

¿Se equivoca, entonces, el presidente?

No sé si decirlo así, pero cuando salvamos a la Unión Deportiva no lo hicimos pensando en que se tenía que subir de manera urgente. Bastante se logró con evitar el cierre y defunción de la institución. Si ahora se habla de subir y luego no se consigue, ¿qué pasará? Por eso digo que se pueden evitar estos mensajes tan rotundos porque, en el fútbol, no puedes controlar el cien por cien de los factores. Hay que decir que el 95% de la gestión de Miguel Ángel Ramírez es de un sobresaliente. Y no merecería que por no ascender, tras su promesa, pudiera perder el crédito que se ha ganado. Porque hace muchísimas cosas bien.

Como no gastar más de lo que se ingresa...

Es que eso es fundamental. Si llevas una gestión correcta te aseguras en un noventa por ciento la supervivencia. En el caso de Las Palmas, si se cometiera un disparate ya no habría merecido la pena todo lo anterior. Creo que el presidente lo tiene muy claro porque vivió en sus carnes el sufrimiento que nos tocó pasar al inicio del proceso concursal.

¿Es normal que el proceso concursal del club aún no se haya cerrado de manera definitiva?

Fue todo tan complejo y, a la vez, maravilloso por su final, que no me extraña que todavía no se haya cerrado. No es para preocuparse porque todo está bajo control.

¿Algún día escribirá un libro con todo lo acontecido en aquella experiencia pionera, que sentó jurisprudencia en el fútbol nacional?

No creo... Pero no porque no haya sido algo importante, sino porque también tendría que recordar, como notario de la verdad, cosas desagradables que prefiero olvidar. Pero le enseñamos el camino a todo el mundo. Ahora vemos a muchos clubes que piensan acogerse a esta solución y que no pueden salir adelante como hizo Las Palmas. Ahí se ve la fuerza de esta afición inigualable. En el plano personal, me marcó, hasta el punto de pedir excedencia en la carrera judicial. Con lo experimentado aprendí que en esta vida es más bonito siempre implicarse en algo, tomar partido. Por eso abandoné la imparcialidad y neutralidad como juez y ejerzo ahora de abogado. Esa pasión de vivir en una montaña rusa me cautivó y se lo debo a la Unión Deportiva y a sus seguidores, que se entregaron como nunca a la causa.

Sus elogios a la afición del club son constantes. ¿Qué le dice a toda esa gente ahora que vive desencantada por el mal momento deportivo?

Pido que sigan apoyando hasta final de temporada. Una vez que estemos salvados, habrá motivos para ilusionarse. Miguel Ángel Ramírez lo está haciendo extraordinariamente bien y supongo que aprenderá de los errores, aunque en algunas cosas tiene que mejorar.

Especifique.

El presidente se equivoca en la manera de entender la Unión Deportiva como una empresa pues, al principio y al final, siempre acaba mandando la afición. La afición tiene que notar que se le valora y ahora hay un divorcio. Alguien tiene la culpa de que, por agotamiento o lo que sea, al estadio cada vez vaya menos gente. Si ya se perdió a una gran cantidad de fieles con el traslado del Insular al Gran Canaria, corremos el riesgo de un batacazo mayor. Hay que frenar esto.

¿Cómo?

Que reflexionen todos. Miguel Ángel y los seguidores. Equipo y afición deben ir siempre de la mano. Ya lo fueron en los peores momentos. Ahora, razón de más.