Una goleada inmerecida para un Nàstic con diez

Venía el Salamanca de fallar claras ocasiones en los últimos partidos y se desquitó ayer. Parecía tener guardados todos esos goles para el enfrentamiento contra el Nàstic, que terminó en victoria abultada de los charros, aunque el 4-0 se antoja, visto lo ocurrido en el campo mientras eran once contra once, un castigo excesivo para los visitantes.

No pintaba el partido para goleada en la primera parte. Todo era bastante igualado, incluso tras el gol de Cohen, en el que combinaron muy bien Jorge Alonso, Miku y el francés. Pero los catalanes no se descompusieron y tuvieron opciones para empatar.

Golpes de gracia.

Botelho hizo penalti a Jordi Alba que el árbitro no vio y eso alimentó el enfado visitante. Porque, por si fuera poco, nada más iniciarse la segunda parte, Cherfa veía la segunda cartulina aunque en este caso era clara. No tardó el conjunto de Amaral en ampliar la diferencia gracias a un contraataque con culminación de Isaac Jové.

El 2-0 noqueó definitivamente al Nàstic, que se quedó sin respuesta. Los espacios crecían y los goles siguieron llegando. Miku resolvió en gran jugada individual y, para rubricar la mala actuación arbitral, un penalti que no era fue transformado por el venezolano. Entre tanto Dañobeitia podía haber marcado el gol de la temporada con una chilena que se estrelló en el larguero.

Como resumen del resultado, esta reflexión: se pone fin a la racha del Nàstic y da comienzo la de la unionista. O, al menos, ese es el deseo blanquinegro para volver a engancharse a un ascenso del que está separado por cinco puntos.

Amaral

"No podemos pensar en historias, en qué pasaría si éste gana o el otro pierde. Lo importante es haber conseguido la victoria, tres puntos más y ya está".

Ferrando

"Hubo un partido con el 1-0 y otro después. No podemos cometer errores como el del segundo gol. Cuando perdíamos por la mínima hubo un penalti clarísimo sobre Jordi".