Liga Adelante | Sevilla Atlético
Una segunda vuelta convertida en tortura
El mal momento que atraviesa el Sevilla Atlético hace que el cambio de entrenador sea una opción que pueda hacerse efectiva para antes de final de temporada. El club aguantará al máximo.
El Sevilla Atlético está firmando unos de los peores números que se recuerdan en Segunda División. Con sólo una victoria en 24 partidos disputados, el filial nervionense ha entrado en un túnel donde parece no haber salida. El mal juego desplegado en las últimas comparecencias hace que el técnico Fermín Galeote esté más cuestionado que nunca. Sabedor de que no será el entrenador del equipo la temporada que viene, el preparador hispalense tiene ante sí un final de Liga más que difícil.
A los múltiples obstáculos que tiene que hacer frente, Galeote une ahora la complicada labor de tratar de enderezar algo el rumbo del filial sin el respaldo que supone tener la confianza de los que mandan. No en vano, las malas sensaciones que está dejando el equipo últimamente hacen que el club se plantee adelantar el relevo en el banquillo, previsto para cuando acabe la competición. Por ahora, sólo es una de las opciones, aunque la entidad nervionense aguantará al máximo. Sólo la acumulación de derrotas deshonrosas como la producida hace dos jornadas con el Salamanca y la mala imagen del sábado precipitarían las cosas.
Al Sevilla no le conviene situar ya a Diego Rodríguez (casi al cien por 100 futuro técnico del filial) en un banquillo que ahora mismo no ofrece nada positivo a quien lo ocupe. Sería arriesgarse a 'quemar' al tinerfeño antes de tiempo y trastocar los planes previstos para los escalafones inferiores en plena competición. Desde el club se entiende que la situación clasificatoria del filial es irreversible, por lo que las urgencias por el cambio no existen.
Con este panorama, los 18 encuentros que aún le restan por disputar al colista de la antesala de la Liga de los Ases se pueden convertir en una verdadera tortura tanto para el entrenador como para una plantilla repleta de autodesconfianza y cansada de perder. Entre lesiones y promociones, el filial cuenta cada vez con menos efectivos para intentar despedirse de la Liga Adelante con dignidad y maquillando unos números realmente extraordinarios.