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Internacional | Inglaterra

Maradona hizo saltar la alarma anti-incendios de un hotel de Manchester

Se encendió un puro. El Chelsea estaba alojado allí

Actualizado a
El tabloide inglés haciendo referencia al altercado del argentino

Nuevo escándalo protagonizado por Diego Armando Maradona aunque éste, en comparación con los que figuran en su historial sea un tanto inocente. A Maradona no se le ocurrió otra cosa que encender un puro habano a las siete de la mañana del domingo. Las alarmas de su hotel, el Radisson Edwardian, situado en el centro de Manchester, se dispararon nueve horas antes del partido Manchester United-Chelsea y el centro hotelero tuvo que ser evacuado.

Hasta ahí todo relativamente normal. El problema es que la plantilla del Chelsea dormía en el mismo hotel y tuvo que pasar cerca de 40 minutos en la calle, a temperaturas bajo cero, mientras se aclaraba la situación y podían volver a las habitaciones para acabar el descanso. El caso es que el Chelsea parecía cansado durante el encuentro (eso o simplemente sin alma y con escasa confianza en sus posibilidades y en su entrenador) y acabó siendo derrotado claramente por 3-0.

Maradona, que no apareció finalmente por Old Trafford pese a que ése era el motivo de su estancia en Manchester, no se sabe bien si por necesidad de descanso o por el susto de la mañana, se quedó con las ganas de ver a Carlos Tévez que calentó pero no jugó ni un minuto del encuentro. El único argentino al que pudo seguir, por la televisión, fue el blue Franco di Santo, que jugó los últimos cinco minutos y que fue en parte culpable del tercer gol del Manchester cuando perdió la posesión del balón y éste acabó en los pies de Berbatov, que sentenció el partido. "Parece ser que las alarmas se dispararon en la planta 14 provocado por Diego y sus amigos que se pusieron a fumar puros en las habitaciones", explica un portavoz de los bomberos al The Sun. Maradona está de gira por el Reino Unido y el sábado presenció el Stoke-Liverpool y siguió de cerca la actuación de Javier Mascherano.

Por otra parte, sigue la polémica entre Benítez y Ferguson. El español ha declarado la guerra a su rival cansado de que Ferguson pueda criticar a los árbitros impunemente y les presione en los pasillos de Old Trafford sin que nadie haga nada al respecto. Y lo ha hecho de un modo salvaje, calculado, meticuloso y repetido.

Todo se inició con un dardo de Ferguson. La semana pasada sir Alex declaró que "los nervios podrán con una plantilla que no está acostumbrada a luchar por la Premier". Benítez estalló: "Fergie debería redactar el calendario y enviárnoslo a principio de temporada, así no se quejará (...) Los rivales deberían marcar al hombre a los asistentes de Ferguson que presionan a los árbitros en el túnel de vestuarios (...) Ferguson es el único que se puede meter con los árbitros sin que se le castigue". A eso añadió ayer que es sospechoso que la FA tenga en un cargo muy importante a David Gill, director ejecutivo del United. Ferguson reaccionó: sus palabras, dijo, son "ridículas". La lucha ha dividido al país: algunos creen que ya era hora que se dijera eso y otros que no era el momento. El caso es que de repente se ha puesto el foco en el comportamiento de Ferguson y los suyos.