Soriano y el club empiezan hoy a despejar su futuro

Lo más importante del Consejo de Administración de esta tarde no es si Soriano va a continuar siendo el presidente o no (que posiblemente lo seguirá siendo). Lo más importante es el problema del club. Y ése es el que debería centrar el debate. ¿Cómo se paga a final de mes? ¿Y cuál es el plan real y no de fe que tiene Soriano para sacar al Valencia de la UVI económica en que lo metió Juan Soler? Salvo sorpresas, quizá hasta no se produzca ni una votación para el cese del presidente.

La realidad es que Bancaja y Soler han decidido relevar a Soriano de la dirección del club ante la falta de credibilidad generada después de siete meses en que ha pasado de asegurar que tenía en agosto tres ofertas que superaban los 300 millones por la parcela, a afirmar en la Junta de noviembre que "había conseguido hacer la venta"... pero en enero señalar en C9 que "la venta está comprometida, pero no materializada. Falta firmar en la notaría y cobrar". O sea, la venta no está hecha.

Soler es hoy el dueño de nuevo del club, pues la compra de sus acciones por Soriano está anulada desde que el pasado 31 de diciembre venciera una cláusula que le obligaba a previa venta de Mestalla, rescindir el contrato que Soler tenía firmado con el Valencia por el que compraba una parte del suelo por 90 millones más IVA. De ellos, había entregado 39 a cuenta y a esa fecha tendría que haber sido capaz de que el Valencia se los devolviera.

No obstante, Soler está en minoría en el Consejo, donde sólo tiene tres consejeros de los nueve que, a priori, harían lo que él dijera (Benjamín Muñoz, Ana Julia Roselló y Antonio Olmedo). Los otros cinco (Zorío, Marcos Martínez, Fernando Gómez, Vicente Silla y García Roig), salvo que 'traicionaran' a Soriano, deberían votar a su favor. De producirse votación, lo normal es que Soriano salvara el cargo. Ya veremos qué tipo de presiones recibirán algunos de ellos, como Silla o Fernando Gómez, y cuál sería su supuesta reacción.

Como se trata de Soler, sus contradicciones son continuas. Le ordena a su hombre de confianza que pida este Consejo para activar el plan, pero llama a Soriano diciéndole que esté tranquilo, que le da de plazo hasta el 17 de marzo.

Soler quiere, pero no podrá evitar que se sepa que está detrás de toda la maniobra. Ayer declaró a Superdeporte que "no exigiré cobrar del Valencia hasta que haya vendido las parcelas para evitarle entrar en causa de disolución". Sin embargo, el que tiene la causa de disolución sobre su cuello podría ser Soler, si no atiende a los pagarés que le dio al club. El Valencia no tiene ninguna obligación de devolverle dinero por un contrato de compra que a día de hoy está vigente. Soler compró la famosa torre por 90 millones más IVA. Ha pagado 39 e incluso el club, si reparcela e inscribe en el registro de la propiedad, podría exigirle el cumplimiento del pago de los restantes 51.

Benjamín Muñoz podría presionar al Consejo

Nadie quiere jugar el papel de malo, pero aunque Vicente Soriano salve el cargo esta tarde tiene la responsabilidad, junto a su Consejo, de pagar a final de este mes de enero 35 millones de euros. Y no los tienen. Por ahí empezará el plan diseñado: el brazo armado de Soler, Benjamín Muñoz, hará ver a sus compañeros de Consejo que tienen una responsabilidad jurídica, que responden con sus propios bienes, como administradores de una sociedad si llegado el momento de pagar, no pueden y no convocan judicialmente un expediente de suspensión de pagos. Por tanto, la disyuntiva que le planteará Benjamín Muñoz a Soriano será: ¿Tiene solución? Si no la tiene o no la demuestra: dimisión o hay que ir a la suspensión de pagos.