Este Celta va en serio

Hay partidos que te demuestran la madurez de un equipo y ayer en Mendizorroza se vio un Celta que apunta muy en serio a Primera. Ni el frío, ni la dureza del rival amedrentaron a los celestes, que no jugaron bonito, pero fueron muy prácticos y tienen una calidad infinitamente superior a su tosco rival.

No hubo nieve (sólo la que los operarios del Alavés retiraron por la mañana del césped y se acumulaba en las bandas), pero sí un monigote. Responde al nombre de Martínez Franco y volvió a demostrar que no sabe arbitrar. Y no es la primera vez, ni la segunda. Sacó siete tarjetas (una de ellas roja) al Celta y dos al Alavés. Y eso que los de Mandiola repartieron de lo lindo.

El partido empezó a ponerse de cara para el Celta a los pocos minutos del inicio. Curiosamente, fue una falta cometida por Dani Abalo la que desequilibró el choque. Sacó el Alavés muy mal, a las manos de Notario, y el portero de Mataró inició un veloz contragolpe de libro. Óscar Díaz se inventó un pase magistral entre líneas y allí apareció David para batir con solvencia a Bonis.

El Celta cedió entonces la iniciativa al Alavés. Quedaban ochenta minutos por delante y los vigueses sabía que tendrían que capear muchos temporales blanquiazules. Sorprendentemente, los vitorianos tardaron casi media hora en achuchar a los visitantes. El joven De Marcos (apunta muy buenas maneras) y el peleón Javi Guerra eran las únicas armas de los vascos, pero las ideas brillaban por su ausencia.

Los de Murcia tenían el partido donde querían y mucho más tras el 0-2 de David. Otra vez con los equipos asentándose sobre el campo tras pasar por vestuarios, un ataque de Roberto Lago por la izquierda terminó en las redes del meta Bonis.

Del 0-3 al 1-2. Había transcurrido una hora de partido y el Celta tenía los puntos en el bolsillo. El 0-3 se mascaba. David lo tuvo, pero fue anulado porque el balón supuestamente había salido por línea de fondo. También pudo marcarlo Dani Abalo, pero remató alto.

Y entonces llegó Martínez Franco. Se inventó un penalti de Fajardo a De Marcos. El uruguayo deja la pierna, pero el canterano alavesista se tira. Antes de lanzarse la pena máxima, el asistente llama al colegiado y deciden expulsar al bigoleador David por una agresión que prácticamente nadie había visto.

El panorama había cambiado mucho. Pero Notario se hizo grande. Qué temporada lleva. Detuvo el penalti (otro más) a Jacobo y sacó un balón peligrosísimo al omnipresente De Marcos. El interior zurdo alavesista sí le ganó la partida al portero en el siguiente lance, con un soberbio cabezazo tras un error de Edu Moya.

Pero este Celta va en serio. Supo sufrir y ganó con justicia.