"El juego de mi equipo es lo que más me revaloriza"

Cierra 2008 con el privilegio de ser el entrenador de Primera que más tiempo lleva en el cargo.

Los técnicos dependemos siempre de la parte directiva. Tiene que haber un proyecto sólido y que lo dirijan personas con convicción. En estos años he pasado momentos complicados, pero ha sido entonces cuando me he sentido respaldado por la directiva, que me ha transmitido estabilidad.

Tal es la confianza que tienen en usted que han pensado en ofrecerle un contrato vitalicio

Yo no puedo aprovechar ir bien para firmar un contrato de por vida. Para mí, la presión significa mucho. Y para que yo sienta esa presión, debo estar motivado al máximo. Por eso renové por dos años. Lo que está claro es que el Villarreal siempre tendrá prioridad para todo porque, aunque me han presentado en este tiempo mejores ofertas económicas, yo no les he dado ninguna importancia.

¿Se siente valorado a nivel nacional?

A mí no me preocupa figurar en los medios. El técnico no puede ser la primera figura. Lo que hacen mis futbolistas cuando juegan revaloriza más mi labor que cualquier otra cosa.

¿Cómo definiría las claves de su proyecto?

En tener un buen plantel y que todos los jugadores estén comprometidos con el proyecto del entrenador. Yo no tengo la verdad absoluta, porque hay muchos proyectos distintos que han conseguido grandes éxitos. Jugar bien es el camino más corto para intentar ganar.

Muchos le comparan con Arsene Wenger

También es un ejemplo a seguir. Me siento identificado en algunas cosas, como en concepto de juego. Su Arsenal revolucionó el fútbol inglés. Le dio un juego más pulcro que lo ha hecho famoso.

¿Que el entorno les presione menos es una ventaja?

No creo. La presión más grande es la que uno mismo se exige. He tenido la suerte de dirigir al River Plate y a los más grandes de Chile y, aunque en el Villarreal tal vez la presión mediática resulte menor, eso no implica que la de los jugadores no sea la máxima.

Con todos esos equipos conquistó títulos...

He tenido la suerte de salir campeón donde he estado y espero hacerlo con el Villarreal. Pero imponerse un título como único objetivo sería una mala política. Las grandes expectativas generan grandes decepciones. No hay que olvidar que hay seis clubes por encima de nosotros a nivel económico, pero intentamos recortar esas distancias con el fútbol sobre el terreno de juego.

La mejor prueba es el 2008 que han protagonizado, ¿no?

Me alegro mucho que la gente se haya acostumbrado a ver al Villarreal arriba. Es una expectativa que debemos saber manejar porque también se puede volver en contra. Porque la gente se te puede echar encima cuando no sacas los partidos adelante. No hay que malacostumbrarse.

¿Para que ganen la Liga deben fallar los grandes?

La temporada pasada hicimos una gran Liga, con 76 puntos, pero el Real Madrid había hecho una gran primera vuelta. Ahora, el Barcelona pasa por un momento excepcional, pero aún queda una enormidad. Mientras mantengamos la regularidad que hemos mostrado en 2008, seguiremos arriba. No pienso que la Liga sea para el Barcelona. Los que acaben con 38 puntos en la primera vuelta tendrán opciones.