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Liga BBVA | Villarreal

Los arbitrajes agotan la paciencia del Submarino

Recibió cuatro goles en fuera de juego, el último en Sevilla.

A. Andrés
<b>EXPLOTAN. </b>El arbitraje sufrido en Sevilla ha colmado el vaso de la paciencia del Villarreal.
ángel sánchez

"Molesta que el Villarreal esté tan arriba". Con esta frase resumió Joan Capdevila el malestar que existe en el vestuario amarillo con los últimos arbitrajes. La gota que ha colmado el vaso de la paciencia amarilla ha sido el tanto de Renato en el Pizjuán, en claro fuera de juego, y que a la postre le terminó dando la victoria al Sevilla en un partido en el que, además, Llorente fue expulsado de forma rigurosa.

Motivos no le faltan al Villarreal para quejarse de los arbitrajes. De momento, ya son cuatro los tantos que ha recibido en fuera de juego: ante el Numancia, en Los Pajaritos, obra de Gorka Brit, aunque lograron remontar (1-2); frente al Almería en casa, firmado por Piatti (2-1); contra el Valladolid, también como local, en la primera diana de Jonathan Sesma (0-3); y en el Pizjuán, ante el Sevilla, en el gol de Renato (1-0). A eso hay que añadir que los de Pellegrini han sufrido dos expulsiones (Godín en el Reyno de Navarra y Llorente en el Pizjuán), mientras que sus rivales sólo han visto una roja (Miguel Flaño, en Osasuna). También llama la atención el balance de amarillas, ya que los de Pellegrini han recibido 37 y sus rivales han visto 41.

Todo eso sin olvidar que el Villarreal es el único equipo de Primera al que no le han señalado todavía un penalti a favor en estas primeras 15 jornadas de campeonato. Por el contrario, el Submarino sí que ha visto cómo le pitaban tres penas máximas en contra.

Llorente: "No fue para expulsión"

Uno de los jugadores que más sufrió la actuación de Megía Dávila en el Sánchez Pizjuán fue Joseba Llorente. El delantero, que reaparecía después de un mes de baja por lesión, fue expulsado en la segunda mitad por doble cartulina amarilla, una decisión que consideró desproporcionada. "Esa entrada no era para expulsión porque yo había llegado antes al balón. Pero lo que más me cabrea es que recibes siete u ocho faltas y no te pitan ninguna, y yo no pegué prácticamente y tuve que irme expulsado. Quizás el fallo fue mío por haber ido con la pierna tan alta en la jugada", apuntó el ariete, que quiere pasar página cuanto antes: "Necesitamos volver a conseguir una victoria, con el apoyo de la afición y ante el líder, que parece imparable. Ganar al Barça nos daría una inyección de moral increíble, pero para ello deberemos estar muy concentrados".