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Liga BBVA | Espanyol 3 - Numancia 4

Quero y no puedo

El punta soriano desquició a un Espanyol impotente

Tomás Guasch
<b>REMONTADA. </b>El Numancia celebra al final del encuentro su victoria en el último suspiro ante el Espanyol sobre el césped de Montjuïc.
REMONTADA. El Numancia celebra al final del encuentro su victoria en el último suspiro ante el Espanyol sobre el césped de Montjuïc.Carlos Mira

El partido estaba empatado a dos y en el alero. Cada galopada de Quero ponía de los nervios a Finnan y a todo Montjuïc. Eso es un diablo rojo y no los del Manchester, debió pensar el lateral que vino de Liverpool. En estas, la pelota le llegó a Tamudo que avanzó en el área por la izquierda. Le encimó Cisma y el ariete blanquiazul cayó. Daudén no dudó: penalti. El Numancia protestó todos a una, sin suerte. Para entonces, el estadio era una locura. ¡Penalti a favor del Espanyol! Tamudo había fallado los dos anteriores. Luis García le pidió la pelota a su capitán, pero no se la dio. Medio estadio se dio la vuelta. La otra mitad cerró los ojos. Tamudo avanzó... ¡y marcó! Lo celebró como merecía la ocasión. Mal fario roto y su equipo por primera vez por delante en un partido clave para su tranquilidad en la Liga. El gol 126 de Tamudo en el campeonato tenía la pinta de que iba a ser decisivo, otro más. Pero no. Faltaba el arreón final soriano y fue descomunal.

Hasta entonces el partido habían sido raro. El Espanyol firmó el mejor arranque de la temporada. Por dos veces salvó Juan Pablo a su equipo en llegadas francas de Luis García y Nené. Y se adelantó a Tamudo en otra acción de peligro. Era un Espanyol enchufado, sabedor de lo que se jugaba. Le faltó el gol, pero parecía cuestión de tiempo. Nagore acertó en el primer tiro a puerta de su equipo haciendo bueno eso de que lo importante no es llegar mucho sino bien. Quero ya había empezado su recital. Moisés empató con una gran volea. ¿Volvía la normalidad? Goiria lo desmintió. 1-2. El Numancia veía posible conseguir lo que se le había negado hasta ahora: puntuar fuera de casa. Llegó el segundo empate, Jarque a la salida de un córner, y el penalti señalado. 3-2 y de Tamudo. Normalmente la cosa debía acabar así...

Pero no acabó.

No, no acabó como esperaban los de casa y temían los visitantes, cuya afición grita eso de ¡De Primera, el Numancia es de Primera! mientras escribimos estas líneas. Lo es porque sólo un equipo de Primera firma una recta final de partido como la suya. La desesperación por una derrota que no merecía, llevó al equipo de Kresic a proponer un intercambio de golpes que el Espanyol aceptó sin caer en la cuenta de que atrás no le sobra nada. El magnífico pateador que es Barkero hizo el 3-3. La decepción en Montjuïc fue brutal; la herida para su equipo, gravísima. ¿No nos va a valer un gol de Tamudo?

Esa era la pregunta mientras el Numancia contragolpeaba porque quería más. En la última jugada del partido encontró su premio: Bellvís agarró un zapatazo raso que venció a Kameni. Un frío intenso se apoderó de Montjuïc. Lógico: el vencedor vino desde Soria... Tirita el perico. Y mucho.