Copa del Rey | Deportivo 2- Elche 0

Omar encuentra el gol

El mexicano se estrena contra un Elche conformista

Carlos Méndez
PROTAGONISTA. Sergio y Antonio Tomás felicitan a Omar Bravo después del primer gol oficial del mexicano con el Deportivo.reportaje gráfico: jesús sancho / moncho fuentes

Hay días en los que todo parece en contra del fútbol. Una eliminatoria sentenciada, dos equipos llenos de suplentes y un estadio vacío. Riazor soportó anoche uno de los peores partidos de la temporada. El Elche nunca llegó a creer que la hazaña era posible y el Deportivo hizo lo justo para conseguir el pase a los octavos de final de la Copa del Rey. El segundo gol coruñés llevó la firma de Omar Bravo. Hubo que esperar al mes de noviembre, pero el mexicano ya sabe lo que es marcar un gol oficial con la camiseta del Deportivo.

Si alguien esperaba a un Elche volcado al ataque o a un Deportivo con ganas de sentenciar, nada más lejos de la realidad. Los primeros fueron de tanteo, como si los ilicitanos se conformasen con un resultado honroso y los coruñeses estuviesen más preocupados por no complicarse la vida. Un partido que recordaba por ritmo a esos amistosos de pretemporada que no interesan a casi nadie. El 0-2 de la ida no invitaba a arriesgar a dos equipos que afrontaron la Copa más como una distracción que como un objetivo real. La mejor prueba era el hecho de que sólo tres de los jugadores que anoche fueron titulares (Verdú, Filipe y Raúl Fuster) repetían respecto al anterior partido de Liga.

Quizás empujado por el orgullo de Claudio Barragán y por su intención de dar una buena imagen en su antigua casa, el Elche trataba de tener el balón y dispuso de la primera ocasión del partido. A los 14 minutos, Rubén Pérez se plantó en el área y su disparo se marchó rozando el poste derecho de Fabricio. Un aviso y poco más del equipo de Claudio en toda la primera parte.

Verdú y Valerón.

El Deportivo no ofreció mucho más. Lotina sorprendió al poner juntos en el mismo once a Verdú y Valerón, pero el balón apenas llegaba al área de Jaime. Y los pocos acercamientos de ambos equipos morían con los banderazos de los jueces de línea. Mista y Caprari vieron como les anulaban dos goles (uno a cada equipo) por claros fueras de juego. Entre bostezos se llegó al descanso, con la eliminatoria en el mismo punto en el que había llegado a Riazor.

El Deportivo se desperezó en la segunda parte y, sin hacer nada del otro mundo, se empezó a ver la diferencia de categoría entre los dos equipos. El gol que abrió el marcador llegó de penalti. No podía ser de otra forma. Un centro desde la derecha de Pablo Álvarez encontró la mano por Amaya. El asturiano puso la sentencia a una eliminatoria que ya llegó muerta a Riazor. La última media hora sirvió como terapia para Omar Bravo. Lotina le dio entrada y a los seis minutos marcó su primer gol oficial con el Deportivo. Un día para su recuerdo y para el olvido de los pocos aficionados que se acercaron al estadio.

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