Primera | Zaragoza 1 - Deportivo 0

Ayala provoca el éxtasis en La Romareda

Un gol del argentino en el último segundo hizo justicia y dio los tres puntos al Zaragoza tras un partido jugado casi en su totalidad en el campo del Depor. El Zaragoza desperdició ocasiones por tierra, mar y aire pero encontró el premio cuando nadie lo esperaba. El Deportivo fue de más a menos y depende de los resultados de mañana para seguir cerca de Europa.

Pablo H. Ramos
SUFRIMIENTO. EL Zaragoza se pasó todo el partido atacando y solo encontró su premio en el minuto 94.Diario AS

Vaya partido el de esta noche. Puede que al final no sirva para que el Zaragoza se salve, pero los maños llevaron a cabo un acto de fe tras 90 minutos de asedio al Deportivo que bien vale otro año en Primera. Los aficionados ya lloraban la injusticia y pensaban en un regreso a casa con la cabeza gacha cuando apareció Ayala de la nada para llevar el éxtasis, el delirio, el júbilo infinito a las gradas del estadio. Pero empecemos por el principio.

La Romareda recibió a su equipo de la mejor manera posible: llenazo hasta el gallinero y mosaico blanquiazul que cubría toda la grada. Más que un partido por la salvación parecía que venía el Manchester a jugarse la Champions, pero el Depor se encargó muy pronto de enseñar sus cartas y demostrar que su pelea por Europa no es un espejismo.

Los de Lotina agarraron el balón desde el principio y no especularon con los contraataques, sino que buscaron las bandas, con Wilhelmsson y Filipe como encargados de abrir la defensa local. El 5-4-1 de Lotina solo es así cuando su equipo defiende, porque con la posesión del balón el interior izquierdo (hoy Riki) se suma al ataque y deja la banda libre para las subidas de Filipe, con lo que el esquema pasa a 4-4-2.

El Zaragoza toma el mando

Los locales se dieron cuenta de que necesitaban algo más que la voluntad de su público para superar al Depor, porque los de Coruña llegaban con relativa facilidad aunque nunca tuvieron ocasiones verdaderamente claras. El empate no le valía a los locales, y a base de empuje empezaron a encerrar al Deportivo. Desde entonces el partido fue blanquillo, y a los gallegos solo se les vio porque iban vestidos de rojo.

Aimar volvió a tener momentos de protagonismo, pero ni una sola intervención que marcara la diferencia. Oliveira tuvo alguna que otra oportunidad y, sobre todo, un mano a mano con Aouate que no llegó a concretarse porque el linier pitó un fuera de juego que no existía. La otra ocasión clara que disfrutó el Zaragoza en la primera mitad fue un cabezazo del propio Oliveira que se estrelló en el palo tras un buen centro de Zapater.

En el inicio de la segunda parte Sergio García deslumbró a La Romareda con un jugadón que no terminó en gol gracias a una intervención providencial de Coloccini, pero es que antes del disparo el ariete catalán había regateado a cuatro rivales. El Deportivo había desaparecido del campo, y es que el descenso a Segunda quema más que una posibilidad incierta de jugar en Europa.

No hay gol

Lotina quiso reaccionar con los cambios: Riki y Xisco por Cristian y Rubén. En teoría se trataba de dar aire a una delantera que llevaba muchos minutos sin entrar en juego, pero el partido siguió con el mismo guión. El Zaragoza era dueño y ejecutor absoluto de lo que pasaba sobre el césped. Aunque lo de ejecutor es relativo, porque no hubo gol. Una vez era un mal control, la siguiente un disparo defectuoso, la de más allá una buena intervención de la defensa, pero por unas cosas o por otras el balón no quería entrar.

La ocasión que desesperó por completo a la afición fue una parada inverosímil de Aouate tras una gran jugada y un disparo venenoso de Sergio García. Tras esta ocasión prácticamente se acabó el partido, porque el Zaragoza se desfondó de repente, agotado como estaba tras un partido disputado prácticamente en el campo de su rival.

Pero todavía faltaba lo mejor. Corría el minuto 94 y algunas lágrimas en las gradas, cuando el último ataque, el de la desesperada, llevó el éxtasis a La Romareda. Una falta frontal, sin mayor peligro, encontró la ayuda de Aouate, que 'cantó' por bulerías, y cuando parecía que el balón se iba a perder por la línea de fondo apareció Sergio García, el mejor del partido, que salvó la pelota y cedió atrás para que Ayala, en una de sus peores temporadas en España, apareciera para empujar el balón y sacar al Zaragoza del descenso. La salvación, más cerca, y tres jornadas más de sufrimiento...

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