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Juan Manuel Lillo

"La Real que quiero ver es la que suba a Primera"

Real Sociedad. Es el revulsivo de Badiola para dar el impulso definitivo al ascenso de la Real. Un hombre de fútbol que busca ser profeta en su tierra, donde ha sido recibido de forma algo fría y que quiere desterrar prejuicios.

Juan Manuel Lillo
amaia zabalo

¿Qué hace un técnico del estilo de Lillo en un equipo de Segunda?

Intentar colaborar para que la Real vuelva al lugar del que nunca debió salir.

¿Y cómo le convencieron?

Para traerme a la Real no hace falta mucho, y más cuando te hacen entender que puedes ayudar. Con eso me basta. En otros sitios igual sí, pero aquí hay posibilidades.

¿Se puede decir que le ha llegado la oportunidad que siempre buscó o deseó?

El tiempo va pasando y la oportunidad surge donde a uno le quieren. Pero no hay duda que entrenar a la Real, en cualquier circunstancia, siempre es grato. Y por lo que veo, llega cuando tenía que llegar.

Ya salió la palabra ascenso ¿Cómo ve esa miniliga por el tercer puesto?

Está difícil. Está el Sporting y cualquier otro equipo de abajo puede añadirse. Pero no es imposible, les hemos cogido y ahora hay que sumar más.

¿Un entrenador con su filosofía puede ser un revulsivo?

No sé si lo soy, pero en las ocasiones en las que me ha tocado ir con la manguera ha salido siempre bien.

¿Le da rabia que se le haya recibido con cierto recelo?

No es agradable. De aquí es mi mujer, su familia, la mía, mis amigos y sufren. Yo no ya tanto, porque llevas mucho tiempo y más de lo que dijeron en México, no se dirá.

Es extraño que se le critique por hablar bien de fútbol...

Es que se quiere un discurso lo más plano posible para que parezca inteligente el que lo recibe. En esto del fútbol, cuando empiezas con cierto renombre, como me pasó a mí con 29 años, te ponen una etiqueta y ya puedes hacer lo que quieras para quitártela, que da igual. Esa gente ha manipulado cifras para querer tener razón, y eso es grave. Tanto que hablan de resultados, y van más a mi favor que en contra.

Si la Real sube, Lillo se queda; si no sube, se marcha. ¿Es tan simple la jugada?

No. Todos los escenarios son posibles. De todas formas, tengo la posibilidad de un año supeditado al ascenso. Eso ya está, pero también si no se asciende y la gente está contenta con mi trabajo, puedo seguir.

¿Le gustaría plantear un proyecto a largo plazo?

Claro, a todo el mundo le gusta. Todo con una solidez de estilo y personalidad. Pero la situación necesita de un entrenador que no vaya con mucho ego para mostrarse.

¿Lo que hemos visto de la Real es la que le gustaría?

La Real que quiero ver es la que suba, la que gane partidos. Pero para eso hace falta fútbol y juego, porque ganar sin jugar es mucho más difícil. Lo mejor se vio al comienzo de la segunda parte en Vigo.