El Getafe no tiene límites

El Benfica se presentaba en el Coliséum con entrenador nuevo tras la marcha de Camacho, que dimitió tras el empate a dos con el colista el pasado domingo. Su sustituto, Fernando Chalana, vino con un equipo atractivo aunque con bajas del partido de ida, Luisao lesionado y Cardozo sancionado. Además de Binya que cumplía su segundo partido de sanción.

Laudrup sufría el mismo problema pero agravado por el hecho de que el Getafe juegue tres competiciones a estas alturas de temporada. Con un equipo con muchas caras nuevas salió al campo muy timorato y cedio el mando al conjunto lisboeta.

En los primeros cinco minutos Makukula remató al palo tras una buena jugada en banda izquierda de Rodríguez, pero como no se lo esperaba falló esa gran oportunidad. Jugaba mejor el Benfica porque como Laudrup siempre dice, su equipo sufre sin pelota y eso era exactamente lo que le estaba pasando.

Kepa respondió a la presión de las águilas en una jugada aislada, haciendo todo bien menos su disparo que se fue muy desviado de la meta defendida por Quim. Pero como eran los visitantes los que dominaban el encuentro, tuvieron más y mejores oportunidades de dar la vuelta a la eliminatoria. Rui Costa, el veterano centrocampista, sacó un centro al área grande que ningún compañero supo aprovechar y el balón se fue fuera.

Las águilas, en caída libre

Cuando se cumplía la media hora, Gavilán tuvo la ocasión más clara de la primera mitad, fusilando a Quim pero el portero despejó el balón. El Getafe tendría que sufrir para conseguir su objetivo. El protagonista principal de la primera mitad era la tensión. Pocas ocasiones de gol pero mucha intensidad por lo importante del premio final.

El Benfica perdió fuelle con los minutos, debido a que no marcó en los minutos iniales, lo que ayudó bastante a a que el equipo español se hiciera con su sitio en el campo. Al borde del descanso Gavilán tuvo su segunda oportunidad de inaugurar el marcador, tras una buena contra, pero su disparo se fue rozando el travesaño.

El Getafe salió más enchufado en la segunda parte y volvió a acercarse al gol en una falta directa que Tena cabeceó fuera. Entre Kepa y él se estorbaron en el remate. Chalana sufría desde el banquillo viendo que sus hombres tenían problemas a la hora de crear peligro en la media y que sus delanteros hacían la guerra por su cuenta. Más estáticos que dinámicos y sin buscar el desmarque. Nuno Gomes no es ni sombra del gran delantero que prometía ser y Makukula, fichado en el mercado invernal, venía de una lesión y solamente dominaba el juego aéreo.

Además la edad jugaba a favor de los madrileños, más jóvenes y fogosos que los veteranos visitantes. Todo ello hizo que Chalana se decidiera a hacer cambios. Pero hay cosas que no se solucionan con las sutituciones ya que el Benfica transmitía las malas sensaciones de un equipo gris y metido en una depresión que le impide estar a la altura de su historia.

Albín certifica el pase

El transcurso de los minutos trajó un descenso físico de los portugueses, que unido a su escaso nivel de juego les llevó a echarse a atrás y verse en peligro en varias ocasiones. Albín tuvo varias ocasiones pero el balón no entraba. Los madrileños sabían que el partido era suyo y simplemente con contragolpes tenía acongojado al Benfica.

En una contra iniciada por De la Red y aprovechando la carrera de Albín, que con gran temple, aguantó la entrada del defensa y la media salida de Quim para elevarle la pelota y certificar el pase a cuartos. El último cuarto de hora fue de celebración y jolgorio para los 13.000 aficionados presentes en el estadio. El Benfica depuso las armas y el Getafe intentó buscar la guinda al pastel.

Lo más llamativo del Benfica fue su afición, ruidosa y a la que la polícia tuvo que apaciguar con una carga tras lanzar bengalas y su lustre, que de poco sirve en el fútbol porque se vive del presente y no del pasado. La 'marea azul' sigue su viaje batiendo a grandes históricos como Tottenham, AEK de Atenas y ahora Benfica. Es el 'mata gigantes' de la UEFA.