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Copa del Rey | Barcelona 1 - Valencia 1

Hildebrand da vida al Valencia

El portero che lo paró todo. Villa marcó en el único tiro entre los tres palos. Xavi logró un justo empate, previa mano de Etoo que el árbitro no quiso pitar

Fabián Ortiz
<b>MURALLA. </b>Hildebrand sale a pies de Etoo.

Se llama Timo y, cosas del idioma, durante muchos meses hubo legiones de valencianistas que creyeron en la absoluta justicia de ese nombre. Hildebrand parecía un portero peor que normal, incluso malo. Se había comido goles inverosímiles. La hinchada del Valencia lo defenestró. Si hoy puede decirse que la final de la Copa del Rey pasa por Mestalla, se debe en gran medida a una gran noche del internacional alemán. Tras un ejercicio de racanería futbolística enorme de su equipo, Hildebrand mantiene vivo al Valencia. ¿Qué hizo? Intervino 14 veces ante un Barcelona voraz en ataque, algunas que recordaron a sus ilustres paisanos Maier o Schumacher. De sus manos a los pies de Villa, autor del 0-1 en el único disparo che entre los palos, viajó la suerte del equipo de Ronald Koeman.

Todo habría sido inmejorable para el Valencia, de no haber sido por Xavi, que esta temporada ha decidido destaparse. Lleva seis goles el centrocampista, su mejor registro jamás logrado. Apareció en el cuarto y último minuto del alargue para clavar un derechazo que vale un potosí. Fantástico. Genial. Perfecto. El problema es que antes, en el arranque de la jugada, Etoo se llevó la pelota con la mano derecha, antes de provocar con su disparo la enésima respuesta de Hildebrand y que llevó el balón a pies de Xavi. Iturralde, el árbitro, explicó después a algunos jugadores del Valencia que Etoo tenía el brazo pegado al cuerpo. Falso. Si lo vio así es que ve mal. Y si lo vio bien y dio validez a la jugada, entonces es otra cosa.

Un partido sin Ronaldinho y con Etoo resulta siempre un experimento de carácter más psicológico que futbolístico: consiste en ver hasta qué punto el enorme ego y el ansia de protagonismo del camerunés enloquece por igual a compañeros y a rivales. Anoche, como tantas otras veces en que no estuvo Ronaldinho (descartado esta vez por Frank Rijkaard, reservado para la visita al Calderón), Etoo quiso hacer tantas cosas y tan distintas a lo que son los pilares de su iglesia -desmarque, velocidad y remate- que terminó lejos del área. La pregunta cae a plomo: ¿de qué sirve Etoo fuera de la zona donde hace más daño?

El ritmo endiablado del africano tuvo correspondencia, por la banda derecha, en Leo Messi, que tardó poco en enchufarse: a los seis minutos dio un pase magistral a Xavi, que disparó a la carrera para obligar a Hildebrand a una buena parada; el rebote fue a pies de Etoo, cuya volea despejó Albiol; por fin, Messi recogió la pelota y volvió a rematar, esta vez para que Caneira salvara al Valencia con el pecho.

El Camp Nou, bien revestido de público pese a lo indecoroso de la hora, se preparó para un festival ofensivo. El Valencia, que no tuvo complejos para regalar al Barça la pelota y la mitad del terreno, expuso a las claras de qué iría su partido: esperar, dejar que el rival se desgastara y clavar algún aguijonazo en cuanto Villa, aquel náufrago peleón, recibiera un balón en condiciones. No ocurrió en el primer tiempo, que se cerró sin disparos del Valencia contra Valdés. La única vez que se acercó, tras un lanzamiento de falta de Silva, el árbitro señaló manos de Joaquín en el control de un pase de cabeza de Helguera, aunque el andaluz ya estaba en offside en el arranque de la jugada.

Un tiro poderoso pero al centro de Henry y otro más envenenado de Abidal cuando ya enfilaban el túnel fue todo lo que logró el Barça en ataque antes del descanso. O sea: mucho alardear ante la muchacha, pero, hasta entonces, gatillazo.

Duelo copero. La Copa recobró su viejo espíritu, el de las épocas doradas, en la segunda mitad. Koeman cambió a Joaquín por Arizmendi y a Banega por Baraja. Rijkaard replicó con Iniesta por Deco y Bojan por Henry. La balanza se decantó definitivamente a favor del Barça: Iniesta trenzó entre líneas y Bojan se peleó más que el francés, pero se adelantó el Valencia. Silva habilitó a Arizmendi y su centro lo remató Villa, siete goles en diez partidos contra el Barça. A partir de ahí, el Barça fue un vendaval contra un Hildebrand cada vez más enorme. Hasta el gol ilegal. Si el Valencia sigue vivo en la Copa se lo debe a Timo. Qué cosas.

El detalle: cien partidos del Messi culé

A pesar de que sólo tiene 20 años y que debutó con el Barcelona el 16 de octubre de 2004, Lionel Messi sumó ayer su partido oficial número 100 con la camiseta blaugrana. El argentino, que llegó procedente del Newell's Old Boys argentino cuando tenía apenas 13 años, se ha convertido en poco más de tres años en un crack de nivel mundial.