Yo digo | Javier Orive

De la agonía se pasa al éxtasis...

En una semana 'atlética' (Murcia la inició tras el leñazo del colista Levante) aparecen consecutivamente las dudas, los enfados, un ultimátum más o menos encubierto al técnico, las críticas contra los futbolistas importantes, el consabido mosqueo del plantel contra la prensa a la que califican de 'culpable' y 'desestabilizadora'... Después de días así, tan frecuentes en el Manzanares, llega el Murcia al Calderón. Aterrizan los de Alcaraz con el deseo de levantar el vuelo (tres derrotas seguidas en Liga), con el propósito de enmienda muy presente y con el convencimiento de que para ser competitivos y seguir en Primera, toca volver al fútbol de control, defensivo, a la italiana, de las primeras jornadas (cuando el Atleti empató en Murcia pero mereció perder).

Lo hará sin uno de los cinco jinetes del apocalipsis grana, Baiano, lesionado ayer y con los otros cuatro -Pablo, Regueiro, Goitom y Mejía (éste tampoco por sanción)- entre hambrientos y cabreados. Los tres aptos serán titulares y de ellos se espera que eleven de forma considerable su rendimiento. No en vano deberían ser para el Murcia lo que los temidos Kun y Forlán son en el Atleti: decisivos. De su rendimiento dependerá la suerte de un Murcia que también confía en que una de las también típicas pájaras colchoneras ayude a salir de la crisis en la que está inmerso (si no se puntúa hoy el tsunami y los problemas volverán). Como el que se juega la última ficha en el casino, así llega el Murcia. Ya saben, hay veces que de la agonía se pasa al éxtasis y otras...

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