NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Segunda | Real Sociedad 1 - Celta 1

Aguantó con uno menos

El Celta sufrió la expulsión de Pinto en el minuto 2

Antes se le coge al mentiroso que al cojo. Y a Chris Coleman se le ha cazado ya por San Sebastián. Aciaga tarde la que vivió ayer el técnico galés en Anoeta. Primero naufragó de forma estrepitosa con su pobre Real ante un Celta que jugó con diez durante 88 minutos. No supo cómo jugar ante un rival en inferioridad y de paso volvió a demostrar que tras doce jornadas disputadas no ha sido capaz de enseñar a sus jugadores a qué quiere jugar, si es que busca alguna forma concreta, que no lo parece. Y después sintió en sus carnes como toda la prensa local se le ha echado encima, le ha quitado todo el crédito de cuando fichó y como su figura está más cuestionada que nunca. Y no sólo por los resultados. Enfrente el Celta, como invitado de excepción, que reservó sillón en primera fila y llegaba a Anoeta para jugar un partido con aires de Primera.

Injusticia.

Además, un señor de negro y con silbato quiso unirse a la fiesta de míster Coleman. El exceso de vista de Del Cerro Grande obligó a los de López Caro a jugar de forma injusta desde el primer minuto con uno menos: expulsó a Pinto en la primera jugada del encuentro por una entrada dentro del área sobre Larrea cuando éste iba a rematar, una jugada que ni fue falta ni se le pareció. Penalti y expulsión.

Pero Gerardo se encargó de impartir justicia y mandó el balón a las nubes. Vuelta a empezar. Y la Real, al menos, a echarle coraje. Así llegó el 1-0, en un córner remachado a la red por Víctor López, previo fallo de la blanda zaga viguesa (desconocidos ayer Lequi y Rubén, centrales con cartel de Primera). Parecía que todo iba a ser de color de rosa para los realistas. ¡Tenían todo de cara! Pero el Celta, aunque encerrado atrás, no renunció a nada y demostró ser un equipo valiente. Con uno menos, buscaron continuamente la contra con peligro. Y en una de esas, al poco del gol txuri-urdin, llegó el empate definitivo, con autoría de Jorge y obra de arte de Núñez, que no dejó de correr por su banda los 90 minutos. Pero claro, también con ayuda de la defensa (para dar de comer aparte) de los Coleman, que tampoco les ha enseñado a aguantar resultados. ¿Del resto? Más de lo mismo. La Real tuvo el balón. ¡Qué menos con uno más sobre el campo! Tuvo el dominio territorial, encerró al Celta en su área, pero apenas dispuso de una ocasión clara: un remate al larguero de Delibasic (lo único que hizo en el partido). Y los vigueses, a lo suyo. A defender con orden y llevar más peligro con cuatro jugadores que toda la Real junta en cada una de sus contadas salidas. Conclusión: López Caro se puede ir tranquilo y contento. ¿Coleman? Que recapacite sobre sus actos y después sobre su equipo, que de esta forma es difícil subir.