Regueiro da la victoria y la paz

El Murcia andaba sobre el alambre, por primera vez en lo que va de curso. Su gente le silbó en diferentes fases de la soporífera primera mitad, pintaba mal en definitiva para los locales, pero en la primera jugada del segundo período, cuando todavía la hinchada andaba indecisa entre subir o por contra bajar el pulgar, en ese momento de dudas, apareció Regueiro y con su gol lo cambió todo. Y así, de esta forma tan 'a la italiana', tan de mínimos, aprovechando su momento, los grana toman aire, vuelven a coger distancia con la cola y hunden un poco más a un Recre que tiene, para que negarlo, mala pinta, que ha perdido la frescura del curso pasado y que, sobre todo, sigue sin encontrar el camino del gol.

Tal y como cabía esperar de una reunión entre dos en apuros, fútbol hubo poquito. Sólo De Lucas y su fe (en los locales) y las apariciones de Varela y en menor medida de un Martins que es bueno, que se sabe bueno, pero que debe aportar más. El interés lo ponía la emoción, la pelea, la incertidumbre de saber quien iba a ser el primero en marcar. Porque eso estaba claro, el que se pusiera arriba tenía todas las papeletas para festejar y ese fue el Murcia.

El golito con la testa de Regueiro, además de importantísimo, fue terapéutico, al menos durante diez minutos. Fue como tomarse un pastilla para salir de un 'trancazo' y curarse sin haber tragado el último buche del agua. El gol del redimido Regueiro -se fundió en un abrazo eterno con Alcaraz para demostrar que no hay mal rollo- tuvo tanta fuerza, tanto descargó a los locales, que durante cinco o diez minutos los grana hicieron lo que antes no habían sido capaces de hacer: tocarla, triangular, asociarse, buscar las bandas... jugar al fútbol. Por desgracia para la parroquia local esa mejoría fue efímera y tan pronto como llegó se fue.

En ese momento el Recre lo intentó pero sin 'pegada' y ya se sabe que para equipos del corte de los onubenses y grana, dejar pasar el tren suele ser mortal de necesidad. Con el Murcia atrincherado atrás, Alcaraz mostró su lado más amarrete y quitó a sus dos puntas, los blanquiazules hicieron por acercarse. Lo intentó Aitor que ganó la línea de fondo y centró sin que nadie apareciera (¿Estuvo ayer en Nueva Condomina Sinama?), lo intentó Camuñas y Beto, pero en este juego de mínimos, de ser preciso cuando el rival afloja, cuando los grana andaban más pendientes de mirar al crono, de parar el partido que de jugar (en definitiva de ese otro fútbol) el Decano no fue resolutivo. Y por eso, y por el 'Momento Regueiro' perdió, se complica la vida y también la de su entrenador.

Tanta tensión había sobre el verde que nada más pitar el árbitro el final Alcaraz apretó los puños y miró al cielo (todo un detalle ya que hablamos de un agnóstico convencido). Mientras, sus jugadores festejaban haciendo una suerte de 'castellet' como si se hubiera conquistado un título. Y es que salvarse lo es para ambos. Lucas lo tiene claro, otros parece que no.

El detalle: Lucas se queda sin un '2' neto

Pignol vio la quinta amarilla y no estará ante el Espanyol. Le tocará al otrora 'perico' De Lucas. Los otros apercibidos, indemnes.