Ronie, en taxi; el resto, en bus

Nadie del club ha querido hablar sobre lo ocurrido en la noche del sábado en el aeropuerto de El Prat. Llegó la expedición procedente de Hong Kong sobre las tres de la madrugada, después de 13 horas de vuelo. El cansancio era evidente, pese a que muchos de los futbolistas se pasaron gran parte del trayecto durmiendo o al menos, intentándolo. Toda le expedición tuvo que pasar el pertinente control de pasaportes para dirigirse después al autocar, que los trasladaría al Camp Nou. Y todo eso evitando a los cerca de 50 aficionados que esperaban pacientemente en la terminal B del recinto.

Pero la cara de decepción de los seguidores cambió cuando vieron que Ronaldinho Gaúcho campaba a sus aires por el recinto. Pasó del grupo, se subió a un taxi y emprendió viaje a Castelldefels, donde reside en una impresionante casa en la montaña que tiene vistas al mar. Después de todo, nadie quiso aclarar lo ocurrido. ¿Se fue con permiso o se saltó el código de régimen interno?