Primera | Espanyol

El club hace un esfuerzo y consigue fichar a Valdo

El OM lo tenía hecho, el club subió la oferta y el futbolista aceptó

Se acabó. Meses de espera, artículos desafortunados que pusieron en peligro la operación, charlas, nervios, equipos implicados que aparecen en el último segundo, una última tentativa. Y una firma. La de Valmiro Lopes, Valdo, con el Espanyol. Como decíamos ha costado. El rush final fue brutal. Se coló el Olympique de Marsella en la fiesta, tratando de conquistar a la doncella, pero se quedó vestido y sin novia. El futbolista se comprometió y la semana próxima llegará a Montjuïc para estampar su firma y ser presentado.

Costó lo suyo. Mucho. Una llamada a primerísima hora de la tarde comunicaba a los dirigentes del club su decisión. Si. No. ¿Acepta? ¿Rechaza? "Es blanquiazul", fue la respuesta. Alegría y felicidad por tener la sensación de haber firmado a un futbolista maduro, pero joven, con las ideas claras y ganas de seguir creciendo y dispuesto a aportar todo lo que haga falta por el bien de un grupo. Sabe que su posición, de entrada, no será sencilla: el bloque está hecho y mover alguna de las piezas tendrá su dosis de esfuerzo.

Tanto Paco Herrera como Pedro Tomás se han dejado media vida para verlo jugar de local en el Olímpic. Los franceses llegaron con una oferta "irrechazable". Es más, jugaban con carta ganadora: pensaban que el Espanyol no podría igualar las cantidades ofertadas desde Marsella. Se confiaron. Y erraron. El órdago blanquiazul fue brutal. Dos llamadas de teléfono, una mirada de reojo a la caja fuerte y la decisión: muertos por mil, muertos por diez mil. ¡Al ataque! Se ganó la mano, la partida y la confianza de un futbolista que deseaba ser miembro de la plantilla de Ernesto Valverde. Éste recibió con alegría la buena nueva. Lo hizo disfrutando de sus vacaciones. Para el técnico, el futbolista es un excelente refuerzo que puede jugar en varias posiciones, aunque para él, la mejor es la de mediapunta.

Iván de la Peña. Aunque posiblemente el cántabro no lo sepa, él ha sido una de las claves por las que Valdo decidió venir a jugar al Estadi Olímpic. Era uno de los sueños de infancia del futbolista, que sigue de vacaciones en Villablino, un pequeño pueblo de la provincia de León que lo trata cómo si fuera un Dios.

Valdo llegará a Barcelona en los próximos días para acabar de perfilar los documentos y ser presentado en sociedad. Después, con el futuro bien abrochado, desaparecerá para regresar a mediados del próximo mes y ponerse a las órdenes de Valverde.

El entorno del chico está feliz. Sigue en nuestro fútbol, objetivo marcado desde hace tiempo, y recordará Marsella con cariño, como la ciudad que lo quiso, pero a la que no pudo llegar a jugar por el buen hacer de Herrera y Tomás. Eso sí, el Espanyol deberá rascarse el bolsillo y pagar el millón y medio de euros que pide Osasuna. Los pactos están para cumplirse, pero en Montjuïc pagarán con mucho gusto.

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