Segunda | Murcia 0 - Elche 2

El Elche logra la salvación ante un Murcia de resaca

Peragón y Miguel, goleadores; los grana, sin intensidad

pepe valero

Más allá de ese chascarrillo, que además va camino de la pura matemática, que dice que al Murcia le sientan mal las fiestas (perdió en la despedida del viejo campo, cayó con estrépito en el estreno del actual, y ayer, el día de la celebración por el ascenso, volvió a 'tripitir'), más allá de eso, la clave del triunfo ilicitano y por ende de su permanencia otro año más en la categoría, hay que encontrarlo en eso: en la necesidad y hambruna con la que los de Vidal afrontaron el match y en el no jugarse nada de un Murcia al que entre los fastos, la resaca de 'garrafón' y sobre todo la pérdida de esa adrenalina vital en cualquier competición dejaron para el arrastre y con la derrota como última consecuencia.

La mañana comenzó con fuegos artificiales, con humo grana, con ambiente festivo y continuó con traca franjiverde (que para algo los vecinos alicantinos son hijos de Moros, Cristianos... y de la pólvora). Mientras el Murcia de los no habituales se aclimataba al juego (hasta siete suplentes metió de inicio Alcaraz) el Elche dejaba claro a los propios futbolistas de Alcaraz -desde el pitido inicial entraron al límite- y al público, que lejos de querer sumarse a la fiesta, venían a chafarla. Y en una de esas, tras una diagonal a la que Ochoa no dio buena respuesta defensiva, Roberto Peragón le ganó la espalda y fusiló a Juanmi. En ese momento hubo quienes apelaron a los excesos de la semana, otros al mal fario y los más a la lógica. A esa que dicta que en esta categoría o juegas al límite o te puede ganar cualquiera. En ese arranque en el Murcia sólo se salvaba Emerson (gambeteador, pero poco práctico a la postre) y un Juanmi que debía maldecir su suerte: Jugó y sufrió al Valladolid y ayer, a un Elche bien plantado.

Con los grana jugando al ralentí el Elche seguía a lo suyo. Con Niño y Trotta marcando a fuego la raya atrás, con Martí, Coelho y Oscar Díaz llegando y con Bellvís de 'mosca cojonera' intentando enganchar con el gigante Miguel. Del Murcia antes del descanso apenas un par de disparos desde la distancia. Nada nuevo a otros días.

A la capacidad de reacción de otras tardes se agarraban los optimistas y la verdad es que en los primeros minutos de la reanudación, el equipo local lo intentó. Llegó incluso a cantar un gol, lo hizo Acciari, pero el linier le privó de su momentazo. En esa misma jugada pudo haber penalti por manos de un zaguero ilicitano, pero Eusebio Sáez (no se descarta por su pájara que estuviera en los fastos del ascenso) no lo vio. Ahí se acabó un Murcia que aunque mejoró no llegó. Con el trámite resuelto, Miguel hizo el segundo y así se acabó la fiesta del ascenso... Lo capital ya estaba conseguido.

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