Luis recogió ánimos y peticiones de adiós

División de opiniones, aunque con un ligero predominio de los que apuestan por un cambio en el banquillo. Eso es lo que palpó Luis Aragonés durante su paseo previo a la visita al Ayuntamiento de Murcia. Sin quererlo, tampoco sin buscarlo, el 'Sabio de Hortaleza' se volvió al hotel de concentración de España en Torre Pacheco con una idea de lo que piensa la calle.

Su universo de encuesta era, como corresponde a todo sondeo que se precie, de lo más variado: iba desde la chavalería que 'hizo pellas' para ver de cerca a sus ídolos, a señoras paseando a sus retoños apurando los últimos días del verano murciano, a jubilados que apostados en la Glorieta fueron saludando a los Basile, Ayala y Messi por parte argentina y a la delegación española que encabezaba el criticado seleccionador al que escoltaban Albelda, Casillas y Puyol.

Precisamente con el zaguero del Barca como tema de debate, una joven se abalanzó a Luis (en el buen sentido) y tras largarle un sonoro beso en la mejilla le espetó convencida un "Luis no se enfade con Puyol que es de los pocos que se deja la piel". Sin tiempo para restablecerse, un jubilado abordó a Aragonés y después de estrecharle la mano cambió la sonrisa de protocolo y le espetó un educado "tiene usted que dimitir". Algo que dejó semi helado al todavía seleccionador.

De entre los que se mostraron comprensivos con Aragonés, el más explícito fue el alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, que en petit comité afirmaba "haber visto muy entero al seleccionador. Sabe lo mucho que le va en el partido, pero ha estado muy cordial". Ajenos a todo el debate 'Aragonés si, Aragonés no', decenas de argentinos ataviados con casacas de River, de Boca, de Chacarita... pululaban en busca de una entrada imposible. En la demostración que ni para Murcia ni para la 'barra' argentina la vida gira en torno al futuro de Luis Aragonés.

Hoy, todos (locales, argentinos, incluso la expedición española que dirige Luis) tendrán otra preocupación antes de que la pelota eche a rodar, antes de que toda la Región se paralice para la gran noche: sortear los atascos en los aledaños que se preven en torno al nuevo estadio grana.