El plantel realista, en contra de los pitos oídos en Anoeta

Durante el partido la afición debe apoyar al equipo y estar con él, después tiene tiempo suficiente para mostrar su opinión". Diego Rivas resume así el sentir de la plantilla de la Real acerca de los pitos que los espectadores de Anoeta lanzaron al equipo el domingo durante el encuentro contra el Sevilla, dirigidos en ocasiones a jugadores muy concretos. Los jugadores del primer equipo realista están molestos por la actitud de su público, consideran que está en su derecho de expresar su opinión como deseen, pero recuerdan que se trata del primer partido en casa y que los pitos no hacen sino perjudicarles. Los que mejor reflejan esta opinión son los nuevos, que jugaron por primera vez en San Sebastián como blanquiazules ante su nueva afición y se mostraron sorprendidos. "Me sorprendió que a partir del 0-2 se pitara a algunos jugadores. Se debe animar los noventa minutos, los pitos van a favor del rival y en el campo se nota mucho el calor del público. Acabado el partido, que piten lo que quieran", dice Juanito.

Rekarte fue uno de los blancos principales de las iras del público donostiarra. Fue silbado en muchas acciones que erró y al ser cambiado recibió la pitada más sonora, algo que sus compañeros condenan. La plantilla apoya al capitán. "La pitada a Rekarte, por ejemplo, es como si me pitaran a mí, porque somos un equipo. Me sorprendieron los pitos a un jugador con una trayectoria indudable en Primera. Pero para eso estamos los compañeros, para ayudarnos unos a otros en estas situaciones y disfrutar con las cosas buenas", señala Gerardo. La plantilla palpa cierto desánimo en el entorno realista cuando tan sólo se han jugado dos partidos.

Rekarte: "Es parte del fútbol"

Si hay un futbolista de la Real que sabe los que es estar cuestionado por la afición blanquiazul, ese es Aitor López Rekarte. El domingo volvió a sufrir el enfado del público de Anoeta, que personificó en él la pobre imagen ofrecida por el equipo de Bakero. Durante el partido hubo más de un murmullo de desaprobación cuando algo no le salía y su sustitución estuvo acompañada de una pitada bastante generalizada. El capitán realista prefiere no dar importancia a esa circunstancia. "Los silbidos que lanzó el público al ser sustituido los asumo como parte del fútbol. Claro que no es agradable, pero lo veo como algo normal que la gente exprese su opinión cuando está descontenta por algo".