La gira pasa factura al Barça

Más de un futbolista del Barcelona aún está jurando en arameo contra las decisión tomada hace cerca de medio año de mandar al equipo a preparar la temporada a México y Estados Unidos. No lo entienden. No comparten la idea que ahora prime la mecadotecnia a su estado físico. Agotados. Cansados. Por los suelos. Algunos de estos adjetivos (y muchos más) podrían servir para definir las sensaciones que reinan en la plantilla campeona de Liga y de Europa. Frank Rijkaard también, claro.

Desde que partieron el pasado 25 de julio a Aarhus (Dinamarca) para comenzar la preparación hasta el pasado domingo (día en el que volvieron de Estados Unidos), la plantilla se ha chupado casi 26.000 kilómetros. Una barbaridad.

En Norteamérica los chicos de Rijkaard más que pisar los campos de entrenamiento, chafaron terrenos comerciales. Y eso les puede pasar factura ahora. En los próximos diecinueve días, el Barcelona deberá disputar seis partidos importantes: cuatro de competición oficial (la Supercopa de España frente el Espanyol, ida y vuelta); la de Europa ante el Sevilla, y el debut en Liga en Balaídos, frente al Celta. En medio de esta vorágine de encuentros, los culés se presentarán ante su afición (disputarán un competitivo amistoso ante el Bayern de Múnich) y cerrarán la serie en la Catalunya Cup (la final de la pasada edición) frente al Espanyol en el estadio de Montilivi (Girona).

Los capitanes del equipo están cansados de recibir quejas de sus compañeros. De ahí que Samuel Etoo y Oleguer Presas salieran en conferencia de prensa en Los Ángeles y se quedaran tranquilos con lo que dijeron. El pichichi culé aseguró que "pese a las pastillas para dormir no puedo descansar más de cuatro horas seguidas", dejando claro que estaba siendo víctima del jet lag y seguramente eso le ha pasado factura a la hora de concentrase en los partidos. Por su parte, el central explicó que "si es bueno para el Barça como institución, perfecto, pero no es la mejor manera de preparar una temporada". Mensaje claro.

Balance.

En cuestión de números y dinero acumulado, en los despachos del Camp Nou deben estar satisfechos, pero los futbolistas no piensan de esa manera. En el seno del vestuario están convencidos de poder repetir los éxitos de la pasada temporada, pero la plantilla no cree que ésta sea la mejor forma para conseguirlo. El debate está abierto. Sólo si se consiguen las Supercopas estarán satisfechos.

En Milán siguen soñando con Ronaldinho

De las seis citas que tiene el Barça en su agenda, los futbolistas de Frank Rijkaard jugarán dos partidos como local, dos como visitante y otros tantos en terreno neutral. Pese a todo, para jugar la final de la Copa Catalunya seguramente lo hará con el filial.