Mundial 2006 | Australia 3 - Japón 1
Cahill y Aloisi ejecutan el infalible 'efecto Hiddink'
Australia remontó al final un gol japonés precedido de falta
Tuvo que ser casi a última hora, con los japoneses en busca de aliento y la afición comiéndose las uñas, pero Australia lo consiguió. La remontada, la piña en torno al revolucionario Cahill, la enésima prueba de que Hiddink tiene ángel se produjo esta vez en Kaiserlautern, aunque cuatro años antes fuera en Gwangju, República de Corea, en el 98 en el Velodrome de Marsella y seguro que en el próximo Mundial lo será en alguna metrópoli surafricana bajo el manto de cualquier país sin apenas tradición futbolística. Es el efecto Hiddink, aquel que hace grande a las selecciones pequeñas, aquel que ayer invadió a Australia cuando ya se veía prácticamente fuera del Mundial y eso que no había hecho más que iniciar su participación en Alemania.
Un debut en el que se encontró de lleno con el verdadero problema de este Mundial. Abd El Fatah, egipcio él, de la vieja escuela pues de Al Ghandour, no vio falta en el tanto de Nakamura que abrió el marcador y eso que no hubo una, sino dos. Ni Hiddink, máximo beneficiado en Corea por colegiados de tan dudoso currículo, podía salir de su asombro. El tanto fue demasiado premio para los de Zico, efusivos arriba, anárquicos atrás, y la reflexión indicaba que defender el gol no iba a ser tarea sencilla. Ni siquiera para los siempre trabajadores y voluntariosos japoneses.
Remontada.
Con el paso del tiempo, el encuentro fue necesitando de un golpe de timón. Japón empezó a acusar el cansancio y a Hiddink se le encendió la bombilla en el momento preciso. Llamó a Cahill, inexplicablemente en el banquillo tras ser el artífice del empate en el último amistoso ante Holanda, le susurró la receta mágica y se sentó paciente. El futbolista del Everton agarró dos balones, dio la vuelta a la fiesta con ayuda de su amigo Aloisi y dejó en el aire la pregunta que desde ayer también se hacen los japoneses: ¿qué demonios sabe el bueno de Guus que no conozcan el resto de países modestos?
Zico
"Australia fue un equipo brioso que luchó de principio a fin y aprovechó nuestra falta de capacidad para administrar la ventaja. Hay situaciones que no hay cómo neutralizar. Provocamos muchas oportunidades, ellos provocaron otras, pero no supimos marcar".
Hiddink
"Al final se hizo justicia en el marcador. El árbitro puede dar gracias a Dios por este resultado, porque hubo una clara falta al portero en el gol de ellos. Estoy muy satisfecho por poder trabajar con un equipo que nunca se rinde y que hoy ha demostrado su espíritu".