Primera | Real Madrid

Butragueño, en Miami para montar campus de verano

Su ausencia agrava la parálisis del club en días estratégicos

Raquel Fornieles
jesús aguilera

Emilio Butragueño, vicepresidente y director general deportivo del Madrid, ha aprovechado estos días, los más estratégicos para el futuro del club porque hay muchos asuntos pendientes de solucionar, para viajar a Miami a montar un campus de verano. Butragueño viajó ayer, y hoy, junto al alcalde de Miami, Manny Díaz, presentará unos campamentos de fútbol del Real Madrid a los que acudirán más de 600 niños entre el 10 y el 28 de julio.

La ausencia del vicepresidente se produce en un momento clave y agrava la parálisis que está sufriendo la entidad en estos momentos. Su viaje deja un gran vacío institucional justo cuando muchos clubes llaman a las puertas para interesarse por los transferibles o para iniciar contactos para transmitir ofertas.

¿Quién decide? Con el viaje del Buitre, solamente quedan en el Bernabéu dos responsables, pero ninguno tomará decisiones. Uno es Ramón Martínez, el adjunto a la dirección de fútbol del Madrid. Pero él no está en disposición de tomar decisiones que puedan afectar al futuro del club porque ni siquiera sabe todavía qué pasará con el suyo propio. Lo único que está claro respecto a Martínez es que ninguno de los candidatables a la presidencia madridista le ha incluido en sus proyectos. El segundo en discordia es Benito Floro, director de fútbol de la entidad blanca. Pero él también está muy pendiente de lo que ocurra en las elecciones del 2 de julio y tiene bastante claro que rescindirá su contrato en breve.

La actual Junta Directiva tiene potestad para negociar los fichajes y para intervenir en los asuntos deportivos. Pero todos sus miembros han asumido que no es conveniente trabajar en el futuro más inmediato de la entidad porque sus intereses podrían chocar con los del nuevo presidente y eso sólo iría en perjuicio del propio club.

Problema. Mientras El Buitre está en Miami, en el Madrid hay casos importantes en los que nadie asume responsabilidades. Uno es el de Helguera, que hace unos meses renovó su contrato por tres años, pero que con López Caro se ha pasado la vida en la grada y no sabe qué ocurrirá con él. Algo parecido ocurre con Salgado que, aunque sí ha entrado en los planes del técnico, está a la sombra de Cicinho, una apuesta de futuro del club.

El asunto más grave es el de Cassano, por el que se pagaron 5,5 millones y del que se ha obtenido un rendimiento nulo. El Madrid aún considera que se puede hacer negocio vendiéndole a un club italiano (estiman que podrían traspasarle por 10 millones). La situación de Roberto Carlos y su importante oferta del Chelsea también están paralizadas.

Tampoco se sabe qué ocurrirá con jugadores con los que el club no cuenta para los próximos años, por ejemplo Gravesen o Carlos Diogo. Sin ir más lejos, el Espanyol y el Betis están interesados en hacerse con los servicios del uruguayo pero, mientras no haya ninguna voz autorizada, todo esto seguirá estancado.

Queda el finiquito de Caro

El propio Juan Ramón López Caro sabe que su futuro no está en el Real Madrid, pero todavía está pendiente de que se lleve a cabo la firma de su finiquito. Él tenía contrato hasta el 30 de junio, con opción a una temporada más. Esa prolongación no se hará efectiva y el técnico ya está estudiando ofertas. Todo apunta a que se marchará al Racing, pero todavía tiene que pasar por las oficinas del Bernabéu para sellar su despedida del Madrid.

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