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Primera | Athletic 1 - Osasuna 0

El Athletic prolonga su fe

Un gol de Prieto le dio tres puntos ante un flojo Osasuna

<b>UNA PIÑA. </b>El Athletic se llevó tres puntos de oro ante Osasuna en un intenso encuentro en San Mamés.
juan flor

El Athletic dio ayer un paso casi decisivo en su lucha por la salvación. Lo hizo venciendo a un Osasuna flojo, lejos del equipo que es, y que acabó desquiciado ante el serio esquema planteado por Clemente. Los leones iniciaron el encuentro con la intención de que Osasuna no se sintiera cómodo. Y lo consiguieron. La presión del triángulo formado por Aduriz, Orbaiz y Murillo sirvió para anular a los rojillos.

Raúl García fue el principal perjudicado, pues hasta bien pasada la media hora no pudo comenzar a triangular con comodidad. Media hora en la que el Athletic hizo un gran trabajo apretando a los navarros, aunque los de Clemente volvieron a fallar en la creación. Etxeberria, que jugó como único punta, ofreció alternativas con su buena movilidad. Lo mismo aparecía por una banda que por otra, pero al mismo tiempo descolocaba la ubicación ofensiva de su equipo, pues sus centros no encontraban rematador.

Acercamiento. Mientras tanto, Osasuna seguía sin comprender el partido y sin sacudirse el pegajoso marcaje del Athletic. Se empeñaba en decorarse y el partido exigía sencillez. En ese tiempo, Yeste apareció un par de veces. Hizo lo que sabe, jugar bien al fútbol, y su equipo lo agradeció. Pero, curiosamente, coincidió un pequeño bajón suyo con el primer estiramiento de Osasuna. David López al fin recibió en la banda y su centro encontró a Webó en el área. Felizmente para su equipo, Lafuente deshizo la acción. Fue un aviso, pero tenía un mensaje impregnado. En caso de levantar el pie del acelerador, Osasuna estaría ahí.

El Athletic se amedrentó. Su táctica era buena, pero sin resultado. Los plomos se empezaron a fundir en el cuadro de Clemente y cada vez se pisó más su campo. Raúl García adquirió la dimensión que realmente tiene y con él se animaron el resto. Incluido Webó, que tuvo de nuevo en sus botas el 0-1. Su tiro se fue alto. El Athletic necesitaba aire. Y lo encontró en el descanso. Cargó las pilas, memorizó de nuevo la lección y salió convencido de llevarse los tres puntos. El método era el mismo, presión a su rival e improvisación arriba. En una de esas locuras, Casas -lateral izquierdo- cogió el balón, atravesó el campo de punta a punta y fue derribado en el extremo derecho. Yeste puso el balón en el segundo palo con un lazo y Prieto lo cabeceó a las redes.

Por fin había fruto al buen planteamiento. La papeleta le correspondía ahora a Osasuna. Y entonces se vio que no era el día de los rojillos. Había tiempo, pero no ideas. Aguirre se desesperó en busca de su Osasuna. Hizo recambios de todo tipo. Nada. No lo encontró. Él, como los demás, tuvo que acabar asumiendo que la fe del Athletic puede con cualquier cosa, incluida la gran temporada de los rojillos.