Unai Emery

"Lo bonito es el fútbol y no su entorno: los coches, las mujeres..."

Unai Emery (Hondarribia, 1971) es el entrenador del Lorca, equipo revelación de la Segunda División A que aspira a dar el gran salto a Primera. Lleva sólo catorce meses como entrenador y se dice que la Real Sociedad le echará los tejos para intentar olvidar sus penurias deportivas actuales.

Tomás Guasch
mariano pozo

Sitúenos, ¿cómo fue su vida hasta ahora?

Empecé en la Real y debuté en el primer equipo, donde jugué cinco partidos con Irureta. Una lesión de rodilla me apartó dos años del fútbol. Volví y jugué en Toledo, Ferrol, Leganés y Lorca. Estando aquí como jugador, me ofrecieron dejarlo y entrenar al equipo hace catorce meses. Mi mujer es de Málaga, tenemos un hijo madrileño...

¿El éxito de su equipo ha sorprendido a la propia empresa?

Siempre hubo equipos humildes que superaron todas las previsiones: Numancia, Mérida, Extremadura, en su día el Villarreal...

¿Qué presupuesto tienen?

Unos 550 millones de pesetas, menos que el Málaga B, Rácing, Eibar... El cuatro o quinto de la categoría empezando por abajo.

¿Cuánto gastaron en fichajes?

60.000 euros en De Carlos y otro tanto en Maldonado. Gorka jugaba en el Real Unión y Maldonado, en el Ceuta. Maldonado pertenecía al Betis y hubo que negociar con ellos.

Buen ojo tienen ustedes.

De la Segunda B nos lo sabemos todo. A Bermejo (goleador que acabó en el Albacete) no le podemos fichar, pero a base de mucho ver partidos acabas conociendo futbolistas que seguro dan buen resultado.

Incluso uno del Fulham.

¡Sí, ja, ja! Facundo Sava. Lo seguimos en el Celta durante la pasada temporada y nos encantó. Preguntamos y, en efecto, estaba cedido por el Fulham, club con el que tenía todavía un año de contrato: éste. Hablamos y conseguimos que los ingleses nos lo dejaran pagando el veinte por ciento de la ficha.

Usted y Pedro Reverter, el joven secretario técnico.

Fue quien se la jugó por mí. El club decidió cambiar de entrenador, yo era un jugador de la plantilla y Reverter me preguntó si me atrevía a coger el equipo. Le dije que estaba dispuesto a jugármela con él. Llevábamos mucho tiempo hablando de fútbol. Hablo más con él que con mi mujer

Fútbol mediante, acostumbra a pasar.

He llegado a una conclusión que me parece indiscutible: la clave es la ilusión. Fíjese en el caso de Reverte -el presidente le ofreció la secretaría técnica con 27 años-. ¿Qué le hizo decir que sí? La ilusión, la misma que me animó a mí después. Conlleva compromiso con la tarea, trabajo, ganas de aprender y progresar... Mucha gente me dice que he tenido suerte y es verdad: suerte de estar en el Lorca, de coincidir con esta gente.

¿Usted es un loco del fútbol?

¡Me encanta! Recuerdo cuando los compañeros iban al cine y yo me quedaba viendo partidos o estudiando para el título, que saqué entre Ferrol y Toledo, aprovechando el tiempo que jugué allí. Porque el fútbol te deja tiempo para estudiar, ¿eh?

Y el tránsito de pasar de ser un día futbolista/compañero y al siguiente entrenador/jefe, ¿es complicado?

En mi caso lo fue; se trata de un cambio de chip que todos acometimos a la misma velocidad. Se acabó el ir de tapas y llegó el momento de tomar decisiones que influían en la vida de los que habían sido compañeros de vestuario. Lo entendieron rápido.

Y acabaron ascendiendo.

Sí. Hablamos de aquel enero de 2005. El Lorca estaba en la mitad de la tabla, en Segunda B, cuando decidió relevar a Quique Yagüe, ahora en el Orihuela, de su banquillo. Debuté en un Écija, 0; Lorca, 3. El equipo empezó a ganar, a creer en la posibilidad de jugar el playoff y en ganarlo después. Y hasta ahora...

Usted era un buen zurdo.

Zurdo, seguro; bueno... ¡ja, ja! Sí, jugaba de mediocampista o lateral por la izquierda.

Su abuelo fue un portero legendario en el Real Unión.

Dos Copas del Rey ganó con aquel equipazo. Mi padre también fue portero, que llegó a Primera con el Sporting y pasó por Deportivo, Huelva, Jaén, Granada... ¡Muy bueno no sería cuando cambió tanto de club, ja, ja! Y mi tío, su hermano, hijo también del abuelo Emery, el bueno, jugó en el Logroñés y el Real Unión... En casa siempre se respiró fútbol.

¿Cuál es su filosofía?

La de Luis Manuel, aquel defensa del Oviedo que llegó a ser internacional: cuando mejor hagas las cosas, más opciones tendrás de que te salgan bien. Hay que trabajar bien, a conciencia, no se puede ser frívolo. Y resultadista, yo soy un resultadista convencido porque te acaban juzgando por los resultados. Es lo que se le valora a un entrenador.

Si el Madrid piensa en Capello.

Pues ellos sabrán. A mí lo que me sorprendió fue oirle decir a Clemente que los presidentes apuestan ahora por técnicos jóvenes y sin experiencia pues su caché es más bajo y son manipulables. No estoy nada de acuerdo. Primero porque algún día hay que empezar y, en segundo lugar, porque ya nadie manipula a nadie por las buenas. No, miren, hay que volver a la ilusión y demostrar que tienes conocimientos para ser un buen entrenador.

Eso se sabe pronto.

Bueno, de momento, y referido al Lorca, hemos pasado en unos meses de mil a cinco mil socios y a lograr que mucha gente que se quedaba en el bar viendo al Madrid o Barça vaya al campo.

¿La Real le tira los tejos?

Bastantes problemas tienen para pensar en mí ahora. Sucede que fui compañero de Miguel Fuentes, el presidente, que tengo una excelente relación con Mikel Etxarri, que está de ayudante de Arconada... ¡y hasta un hermano periodista que se ocupa de la información de la Real! Y que jugué allí, claro. Pero nada más.

¿Le excita la posibilidad de recibir una llamada de Anoeta?

Me excita ser entrenador durante mucho tiempo; en esto nadie me va a regalar nada y llegaré donde merezca. Lo que no quiero es llegar un año a un club como la Real y caerme al siguiente.

Tres de los cuatro últimos clasificados en Primera son Athletic, Real y Alavés. ¿Qué pasa en el fútbol vasco?

El Athletic paga su manera de entender este deporte: jugar contra el mundo con sólo gente de los alrededores de tu casa y con el filial el Segunda B te asegura momentos difíciles y éste es uno de ellos. Pero tiene un aliado enorme: San Mamés, que apoya al equipo siempre. Lo de la Real es otra cosa: en Anoeta pitan si el equipo no juega bien y, lo peor, los problemas económicos han acabado contaminando los deportivos. No creo que estemos ante un grave problema estructural, no pienso que el problema esté en Lezama o en Zubieta sino que ambos clubes atraviesan dos momentos complicados. El problema es que en estos últimos 20 años yo he visto bajar a Valencia, Atlético...

¿Y los jugadores?

Yo creo que los hay. Aduriz, por ejemplo. Lo veíamos en el Valladolid y marcaba diferencias. Y ahora es de lo mejor del Athletic. Amorebieta y Ustaritz son dos buenos jugadores, como Labaka o Garrido. Pero necesitan un tiempo para crecer y hacerlo con el agua al cuello no es fácil.

El Alavés es otra cosa, claro.

Con Piterman es otra cosa.

¿Qué opinión le merece?

Si está donde está es porque Vitoria no puso el dinero suficiente en el club y le permitió hacerse con el 51 por ciento de las acciones. Podré estar o no de acuerdo en sus planteamientos, pero eso me parece indiscutible.

El Alavés no tiene suerte y tiene buenos jugadores.

Excelentes. Y, bueno, en el lío con Oliva el golpe fue oír a Piterman decir que lo despedía porque no quería jugar un 4-3-3 en el Bernabéu. Valor sí tiene...

¿Y el Eibar?

¡Ah, cómo me preocupa! Verle perder dos puntos en el alargue con el Málaga B es un dato terrible. Ojalá se salve. Por insistencia, por hacer bien las cosas con poco dinero, bien se lo merece.

Volvamos al Lorca. ¿Qué favoritos ve para el ascenso?

Creo que subirán el Levante y dos más. Estos tienen una plantilla muy amplia, para regalar jugadores a los demás. A ver si nos metemos ahí...

¿Del Madrid opina o le pilla muy lejos?

Volvemos a la ilusión y el compromiso. Créame: lo primero es el fútbol, lo bonito es el fútbol y no el entorno, los coches, las mujeres, el negocio, las fiestas, las comidas... En cualquier categoría, ¿eh? En la vida del jugador, también en la del entrenador, el 80% debe ser el fútbol y el 20 por ciento restante la familia y todo lo demás. El que altera esa proporción peligra, más allá de que, en efecto, la actual etapa en el Madrid parece superada.

Suerte, Unai. Y gracias.

A ustedes.

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