"Klinsmann debía dar la cara tras el 4-1 en Italia"

Cuando apenas faltan tres meses para que Alemania sea anfitrión del Mundial de fútbol, el ambiente continúa estando enrarecido en torno al combinado germano. La contundente derrota ante Italia (4-1) y las malas sensaciones que viene ofreciendo el equipo en los últimos meses han puesto en el punto de mira al técnico Jürgen Klinsmann.

Los últimos días están siendo especialmente duros. Primero fue un rumor que la página web de Coca-Cola colgó en la red y que nadie se ha encargado de desmentir, por el cual se insinuaba que la Federación Alemana impondría la lista de convocados al entrenador. Y ayer el mismísimo Franz Beckenbauer, presidente del Comité Organizador del Mundial, se encargó de dirigir sus críticas hacia el seleccionador alemán.

Fue por no acudir a un taller de entrenadores que se organizó en Dusseldorf y al que sí fueron Eriksson o Parreira. Klinsmann, en cambio, prefirió quedarse en su casa, en Estados Unidos: "Estoy algo irritado con él, tenía que estar aquí. Era una reunión de las que no hay muchas y a las que hay que acudir. No sé ni cuántas veces había hablado con él para que viniese. Después del 4-1 era necesario que estuviese aquí para acallar las voces altisonantes. Si él piensa lo contrario, quizá pueda convivir con las críticas", dijo un enfadado Beckenbauer. Después añadió más picante al analizar el actual estado de forma de Alemania: "Hay equipos técnicamente superiores, por lo que habrá que compensar eso. Ahora mismo no podemos competir con selecciones como Italia en otros lugares, pero sí jugando en casa".

Exámenes cardiológicos obligatorios

Todos los jugadores que sean inscritos para el Mundial deberán pasar una minuciosa revisión médica antes del torneo y en los doce estadios habrá instalados desfibriladores que pueden ser decisivos para salvar la vida en caso de un paro cardíaco. "Se trata de una gran innovación. Somos la primera gran confederación deportiva en tomar una decisión de ese tipo", dijo el jefe del departamento médico de la FIFA, Jiri Dvorak.