Grande de Europa, sufridor en la Liga

Determinantemente, para entender al Betis, una de dos, o nos pagamos en El Cairo un curso de egiptología, o nos leemos cualquier tratado del mítico profesor Jiménez del Oso sobre fenómenos sobrenaturales. Porque si no, apreciados lectores, quiero que alguien me de una explicación. Por todos los diablos. ¿En Europa sí y en la Liga no? ¿Este once que anoche tumbó al conjunto de moda en Europa es el mismo que marcha penúltimo en la Liga? O siendo malpensados. ¿El papelito en el campeonato doméstico (malo, se entiende) no es más que un paripé para despistar a entrenadores que anotan todo en sus libretas tipo Louis Van Gaal?

Ya se sabe. El Betis es capaz de lo mejor y de lo peor. Si hace 28 años fue el cántabro López quien eliminó al siempre famoso Milán con un gol que valió su peso en oro, tal noche como ayer le tocó a Melli el honor de conseguir ese tanto que destrozó al AZ y dejó con cara 'negatifa', nunca 'positifa' a un Van Gaal que se las prometía muy felices cuando a los 35 minutos, ya tenía la eliminatoria empatada y en vías de resolución merced a dos excelentes goles de Arveladze y el zaguero Jaliens, ambos tras excelentes servicios de ese gran jugador danés, con apellido español (su madre es de Las Palmas) llamado Kenneth Pérez. ¡Hay que ver cómo el de Barbate pudo toda su alma para romper ese balón que de forma tan magistral le colocó Joaquín en una de sus mágicos lanzamientos de falta.

Pero en tan adversas circunstancias el EuroBetis no se doblegó. Serra Ferrer siguió afrontando el partido con la misma valentía y arrojo demostrada en Barcelona, pero con la suerte de tener bajo los palos a un pedazo de portero: Koke Contreras.

Gigantesco.

Y es que el madrileño estuvo enorme. Seguro, felino. Su agilidad y solvencia dieron tanta confianza a los verdiblancos, que se fueron a por todas, aprovechando también el sorprendente derrumbamiento físico de los tulipanes. Se veía que en la segunda parte tan sólo había un equipo sobre el terreno de juego. Y ese no era otro que el Betis. Mientras Van Gaal anotaba y desanotaba, Serra le daba un verdadero baño táctico y una demostración de cómo es posible que un equipo, aparentemente muerto, es capaz de resucitar y terminar en plan esplendoroso. La prórroga no era ningún engorro. Era el principio del fin para el AZ.

Tanto fue así que, que tras el 2-1, estuvo más cerca de llegar el empate que el 3-1. El Betis sigue soñando en Europa... pero ahora le toca la cruda realidad de la Liga. Verdaderamente, este Betis soñaría con tener la misma suerte en casa que en el Continente. En la Liga, pone un circo y le crecen los enanos mientras que ayer, la desgracia de que al minuto te piten un penalti por manos de Juanito se de la felicísima circunstancia de que lo falle Landzaat, una de las estrellas holandesas y que tampoco anduvo fino. Pero en fin. Este es el Betis y así le tenemos que aceptar. Nos desespera pero nos emociona. Y mucho.