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Primera | Zaragoza - Betis

El Betis amenaza a un Zaragoza que piensa en la Copa

Movilla regresa al once

<b>INCRÉDULO. </b>Joaquín, que será el referente del Betis, no cree que Lopera venda el club.
Morenatti

Esta semana, el tema estrella ha sido la posibilidad de que Lopera pudiera vender sus acciones al empresario sevillano Luis Portillo. Unos movimientos, desvelados por nuestros compañeros de ABC sembraron de incertidumbre e inquietud a un beticismo que, se diga lo que se diga, está con Don Manué y le pide que regrese cuanto antes al palco de su estadio. El presidente verdiblanco sólo pensará en vender sus acciones después de que se celebre el Centenario, en 2007, una fecha que le produce especial ilusión. Aprovecho la ocasión para decirles que el Betis ya está empezando a trabajar en preparar tan magna celebración.

Jugadores carismáticos como Juanito y Joaquín han saltado a la palestra diciendo que no se imaginan un Betis sin Lopera, aunque el primero de los dos también le ha mandado un recado al máximo dirigente. "Presi, estírese, hombre". Internacional, 29 años y sólo 60.000 por partido jugado. Eso, dicho en francés, es una 'merde'.

Pero hablemos del partido de hoy. El Zaragoza es un equipo extraño. Capaz de lo mejor (eliminar al Barcelona de la Copa) y de lo peor. Por eso, creo que este es un desplazamiento asequible para el equipo de Serra, muy mejorado desde que emprendió aquella miniconcentración en Isla Canela y pillaron las vacaciones de Navidad. Además, en Pamplona dio una imagen de solvencia y seguridad muy aproximada al gran Betis de la pasada temporada, la temporada del EuroBetis. Muchas veces, el equipo aragonés es puesto como ejemplo en esta ciudad como 'el equipo ideal'. Seis títulos de Copa, una Recopa y una Copa de Ferias llenan de prestigio su sala de trofeos. En esta ciudad se le tiene sana envidia. Algo tendrá este Zaragoza, que se debería cuando menos tratar de imitar. ¿No les parece?

La mejoría de este Betis es directamente proporcional al aligeramiento de su enfermería y, especialmente atribuible a que ya no juega tantos partidos. La Champions, prestigiosa, bonita y envidiable, obligaba a jugar una final día sí, día también. Ahora, este Betis, menos exprimido, sólo piensa en la Liga. Y ya es bastante.