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Copa del Rey | Betis - Real Madrid

1966: el Betis de Landa noquea al Madrid yeyé

El 15 de mayo de 1966, el Bernabéu vivió uno de los partidos más largos y excitantes de su historia. En la vuelta copera de cuartos de final, el Betis, recién descendido, noqueó al Madrid, flamante hexacampeón de Europa: 2-2 en 149 minutos. Dos goles béticos de Jesús Landa.

<b>EL REGRESO. </b>40 años después de su gesta, Landa regresó al Bernabéu con la bandera del Betis.

Un duelo épico de 149 minutos, como titularon los periódicos de la época, fue el clímax pasional de dos meses de penas y alegrías para el Real Betis Balompié. La historia del fútbol español no registra muchos partidos con semejante duración. Fue el 15 de mayo de 1966. Se trataba de la vuelta de la eliminatoria de cuartos de final de la Copa del Generalísimo, Betis-Real Madrid. Tras esos 149 minutos, el partido se cerró con 2-2 y con el Real Madrid, recién coronado campeón de Europa, apeado de la Copa española.

El detalle es que el Betis había bajado a Segunda el 3 de abril de ese mismo año: fue el Domingo de Ramos, tras dejarse empatar en La Rosaleda por el Málaga, 1-1. Un gol de Otiñano, en el minuto 91, que anulaba el 0-1 de Ansola y que envió directamente a Segunda a un estupendo equipo del Betis.

Sima y cima.

Con el Betis ya en Segunda y con la Liga liquidada, comenzó la Copa del Generalísimo, como era tradición en aquellos tiempos. En dieciseisavos y octavos, béticos y madridistas (ya empeñados en la semifinal de Copa de Europa con el Inter de Helenio Herrera) apearon a Oviedo y Español (Betis) y a Sporting de Gijón y Málaga (Real Madrid). El bombo dicta sentencia: cuartos de final, Betis-Real Madrid. La sima y la cima.

En la ida, en Heliópolis, 8-5-1966, el Madrid se presentó con un equipo lleno de suplentes, aunque entre éstos figuraban Betancort, Santamaría, Félix Ruiz y Puskas, ya con 39 años. Ni siquiera viajó el entrenador, Miguel Muñoz, que preparaba en Madrid con sus titulares la inminente final de la Copa de Europa, ante el Partizán. El Betis se impuso por 3-2: dos goles de Rogelio y otro de Quino. Jaime Blanco y Manolín Bueno marcaron para el Real. Betancort paró un penalti a Rogelio en el minuto 68, ya con 3-2. La sensación del Betis fue agridulce: podía haber abierto brecha y no lo hizo.

El miércoles 11-5-1966, mientras el Betis de Ernesto Pons calibraba posibilidades en Sevilla, el Real firmaba en Bruselas su sexta Copa de Europa, en Heysel, a la sombra del Atomium: 2-1, con Amancio y Serena remontando el tanto inicial de Kovacevic: todo en la segunda parte. Fue la Copa del Real Madrid yeyé, en pleno apogeo de los Beatles y los Brincos. La sima verdiblanca y la cima blanca se alejaban aún más. Pero al mismo tiempo, se iban a dar la mano en pleno cruce de caminos: en La Castellana, en el Santiago Bernabéu.

Y allí, de verde, blanco y negro, con medias rayadas en verdiblanco, desembarcó el Betis, el 15 de mayo de 1966. "Esperamos en la escalinata de vestuarios a que el Madrid diera la vuelta de honor. Eusebio Ríos, nuestro capitán, le entregó un ramo de flores a Gento. Luego les hicimos el pasillo", recuerda hoy Jesús María Landa, ariete de aquel equipo verdiblanco. Arbitraba Gómez Arribas. Comenzaba el partido más épico, el partido de la cuenta larga.

A los 21 minutos, Gento, de falta, marcó el 1-0. Pero, con el paso de los minutos, las reservas físicas madridistas se iban extinguiendo. "Manolo Velázquez me decía que estaban hechos polvo", comenta hoy Joaquín Sierra Vallejo, Quino, el fabuloso punta bético que luego fichó por el Valencia y presidió la AFE.

Bajo la normativa de la época, el 1-0 dio paso a la prórroga de 30 minutos (15+15). El Madrid pareció sentenciar cuando Pirri remató un pase de Gento: 96 minutos. Pero dos minutos antes del final que se esperaba, en el 118, Jesús Landa marcó el 2-1. "Llevaba el balón Quino, resbaló Pedro de Felipe, Joaquín me la pasó, y ahí estábamos", relata Landa. Al no haber desempate en la prórroga normal con el 2-1, se dio paso a sucesivas prolongaciones de 10 minutos, que terminarían cuando un equipo marcara: gol de oro.

Pasaron dos prórrogas y 20 minutos, entre calambres y masajes. El árbitro expulsó al bético Frasco, por protestar. Y en el minuto nueve de la tercera prolongación, 149 de juego, Landa escapó entre De Felipe y Miera: "Estaba fresco y ellos, rotos. Miera me decía que acabáramos ya. Sabía que estaban fuera de la jugada, sabía que era gol". Lo fue. Fue el 2-2. "La hazaña de mi vida", se emociona Landa. En la noche ardiente, el Betis puso una banderilla verdinegra en la sexta Copa de Europa del Real.

De verde blanco y negro, los jugadores del Betis recibieron 250.000 pesetas de prima y la felicitación del Gobernador Civil, Utrera Molina. Luego cayeron ante el Bilbao. Pero en los ojos brillantes de Landa aún retumba hoy el eco del silencio del Bernabéu.