"Dicen que he vuelto a nacer y me lo creo"

Héctor Simón Escudero (Llançà, Girona, 13-3-1984) está sufriendo lo suyo. Cierto es que ha recuperado la sonrisa, pero le cuesta olvidar el drama que vivió el pasado 21 de diciembre en Tenerife. Después de vencer al equipo chicharrero en el Heliodoro Rodríguez López con su equipo, el Racing de Ferrol (1-2), el centrocampista cedido por el Espanyol decidió darse un baño con algunos de sus compañeros. Hasta la mañana siguiente no partían de regreso a casa y todos tenían puesto su pensamiento en las vacaciones y en poder celebrar las fiestas con los suyos. Pero él no pudo. Fue el baño más amargo de su vida. Aún no se sabe cómo, Héctor confundió la parte más profunda de la piscina con la menos honda. El golpetazo fue terrible, pero las consecuencias podrían haber sido fatales. Su cabeza impactó de pleno con el suelo de la piscina. Resultado: ocho puntos de sutura en la cabeza y dos vértebras bastante fastidiadas.

"Todo el mundo dice que he vuelto a nacer y me lo creo. Lo pasé muy mal, pero poco a poco me voy recuperando. Llevo un corsé que me va del cuello hasta el pecho y será mi compañero hasta dentro de dos o tres meses, que será cuando me lo quitarán", explica el centrocampista.

"Lo mejor de esta pesadilla es ver cómo ha respondido la gente, de verdad. Estoy muy agradecido. La gente del Espanyol y del Racing de Ferrol no han dejado de interesarse por mi a diario. Aún recuerdo cómo mis compañeros me sacaron de la piscina y me ayudaron. Luego, el fisio del Racing, Sergio Fernández, no se separó de mi lado en ningún momento, al igual que el secretario general del equipo gallego, Juan Pazos García, que me acompañó en el viaje de regreso a Barcelona. ¡Lo hice tumbado en una camilla en el avión!", recuerda el futbolista, que sabe lo que es debutar en Primera. Lo hizo con Luis Fernández en el banquillo españolista.

Guarda esa camiseta, al igual que otras en el mini-museo que tiene en su casa de Llançà. Bienvenido a la vida.