Copa Catalunya | Espanyol 4 - Lleida 1

Jonathan y los descartados se reivindican ante el Lleida

Morales jugó todo el partido. Velamazán hizo el cuarto

enric fontcuberta / Toni Vilches

Primer ataque del Espanyol. Minuto cuatro. Jonathan se inventa una jugada por la derecha, lanza cruzado y supera a Eduardo: el primero. Minuto 15. Jofre tira bombeado sobre la portería ilerdense. Al portero del equipo azulado se le hace de noche y entran la pelota y él dentro de la portería: el segundo. Cinco minutos después, en el 20, Didier Domi levanta la cabeza (más tarde se lesionó), hace un pase en profundidad a Jonathan que, solo ante Eduardo, decide aprovechar su oportunidad para cruzar el balón y hacer el tercero, ganar autoestima y demostrar que si alguien piensa en fichar un delantero en el mercado de invierno, está más que equivocado.

El Lleida apenas asomó. Moralmente destrozados, los de Miguel Rubio trataron de hacer lo imposible por no perder la dignidad y maquillar el resultado. Antes de que se llegara al descanso, Sergio Rodríguez, primero, y Luiz Carlos, después, hicieron mover a Gorka, que hasta ese momento miraba el partido plácidamente. Normal.

Ángel Morales volvió a sentirse futbolista y capitán. Ocho meses después (operación de tobillo incluida), el centrocampista vio el fútbol desde el césped, donde a él le gusta. Y demostró estar en un estado de forma óptimo para poder ayudar a sus compañeros. Lo mismo que Toni Velamazán, que tuvo media parte para redimirse. Si Lotina quisiera, tendría sitio. Seguro. Demostró no haber perdido el olfato goleador (ayer hizo el cuarto) que le acompañó al final de la temporada pasada (marcó ante Osasuna, Iturralde se lo anuló, y frente al Athletic, que al final valió el billete para la UEFA), además de dar cuenta de que ejercitarse cada día sin rechistar no ha caído en saco vacío. El equipo está en la final, que deberían jugar Morales y Velamazán. Por supuesto.

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