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Homenaje a Puskas | La contracrónica

Ronalduskas

Todo el mundo sabe que el problema del Madrid de Luxa no es la delantera. Ronaldo, Owen, Raúl... y Robinho. Pero con Woodgate estamos como con el Discovery: hay una avería. Casillas fue de nuevo el fontanero para tapar los agujeros de una zaga en la que seguimos sin ver al inglés..

<b>UNA VISITA AL AMIGO. </b>De izquierda a derecha, Amancio, Di Stéfano, Antonio Ruiz, Jerv Kovacs (enfermero personal), Puskas y Santamaría.

Nostalgia.

Pues sí, cualquier tiempo pasado fue mejor. Al menos, si nos referimos a ese húngaro chaparrete, glotón y con tripita, que hizo soñar durante nueve años a nuestros padres, esos privilegiados canosos que vieron al Madrid de las cinco Copas de Europa sin necesidad de que nadie se lo cuente. ¿Por qué no nací quince años antes? La envidia me corroe. Nunca pude ver a Ferenc Puskas. Un servidor acababa de cumplir un añito de vida (la Sexta, 1966) y, tras dejar la fase del chupete y el dodotis emergió la figura de Félix, mi PP (paciente padre) que siempre me daba la brasa con lo mismo: "Di Stéfano era el número uno, el más completo. Era como Dios, estaba en todas partes. Pero Puskas era una maravilla para la vista. Su zurda era única. Lo bueno es cómo tiraba los penaltis. Gol seguro. Si el portero lo intuía, el balón le doblaba las manos...".

Zizou, en las nubes.

Por eso me entristeció ver a Zizou tirar el primer penalti como lo haría Óscar, el simpático portero de mi piso. Cadera tensa, golpeo abajo y balón a las nubes. Poca concentración, escaso entusiasmo. El hada madrina de las tres de la mañana debería contarle a Zidane cómo era Puskas, un tipo que con 31 años bebía cerveza con entusiasmo, pero que en el terreno de juego transmitía su energía positiva y su pasión por la vida hasta convertirse en el mejor goleador de la historia del fútbol. Era magistral, magiar y mágico. Gordito, como Ronie, y por lo tanto un genio entrañable. Con once Puskas, este Madrid de la triste figura no sería tan previsible. Ronaldo, Ronalduskas desde ayer, es el que mejor supo entender el sentido de la nostálgica velada. Puskas era el gol y Ronie, ídem de ídem. Su galopada en el 1-2 que condujo a la victoria fue un brindis a FP (Ferenc Puskas, no Florentino Pérez). Puskas y Ronaldo, dos gorditos que han engrandecido la historia de este escudo. Bien por ellos...

El gesto. Lo mejor de este 14 de agosto fue el gesto de la vieja guardia: Di Stéfano, Santamaría, Antonio Ruiz y Amancio (¡me pongo de pie!) acompañaron a Panchito en su retiro del hospital Kutbolgyi. No les reconoció, porque hay enfermedades que no respetan ni a las leyendas vivas. Pero seguro que su corazón noble y bonachón captó el mensaje.

Alarma central.

No quería aburrirles con la pachanga de Budapest (nada que ver con el 0-3 al Videoton de hace 20 años) para no emponzoñar una causa tan noble. Pero debo hacerlo. Me lo dijo viendo el partido Jerónimo Santana, presidente de la Peña Los Vegueros de Las Palmas: "Tomás, que venga ya Robinho que falta nos hace. Pero dile a Florentino que también necesitamos un central". También me lo comentó Lorenzo (no Sanz, que no cunda el pánico), el infatigable dueño de la Bodega Riojana: "Yo creo que si vendieron a Samuel será para fichar a un central. Y si es Sergio Ramos mejor. Woodgate no está, hasta Luxemburgo lo reconoce...". Yo no añado nada, que luego se enfadan en este club con una epidermis cada vez más sensible. ¿Tan difícil es hacer caso al pueblo? Despierta Tomás, despierta...