Xabi Alonso

"Me quedé helado al ver un funeral en Anfield"

El tolosarra vive con pasión la cuenta atrás hacia la gran final europea. Ha encontrado en Liverpool un club grande de verdad, que huele a fútbol y en el que los códigos y el romanticismo tienen un peso específico vital en un club con hinchas de perfil humilde.

Luis Villarejo (efe)
reuters

Apuntó su compañero Jaimie Carragher que el Chelsea podrá comprar jugadores y entrenadores, pero nunca podrá adquirir una afición como la del Liverpool...

El día que eliminamos al Chelsea en Anfield fue espectacular. Fue una pasada. El ambiente, su entrega... El público también juega. Te pone los sentimientos a flor de piel.

Su padre, Periko Alonso, estuvo esa noche en la grada. Le recordó quizás, los tiempos del mítico Atocha, con la grada pegada a los futbolistas...

Por supuesto, me lo contó el otro día. Con los estadios grandes no siente el futbolista el aliento tan cercano. Jugar en Anfield es una gozada.

Me llama la atención cuando usted desplaza el balón cuarenta metros y la gente le brinda un "¡oh!" de admiración. ¿Lo escucha?

Algunas veces sí, la verdad es que la gente es muy agradecida. Lo que haces bien en el campo, sea lo que sea, tiene su recompensa. Con un aplauso o con un "¡oh!". Me encanta que la gente me diga por la calle "gracias por venir, muchas gracias por ser de los nuestros"... El reconocimiento que te ofrece la gente por la calle es algo impagable.

¿Nota usted que el público del Liverpool es humilde, de clase obrera?

Sí, sobre todo los días que no hay partido en Anfield. Si te das una vuelta por los alrededores del estadio un día sin fútbol, sin público y con las calles vacías, se ve que la gente de la zona es menos pudiente, que cuenta con menos recursos. Es una gente fantástica, que te anima, que te lo da todo. Se gastan sus ahorros en ver a su equipo. Cada vez que jugamos fuera de casa, por lo menos hay tres mil aficionados del Liverpool en la grada.

¿Se ha interesado por el perfil social de esa gente?

El poso de la década de los 80 aún se presiente. Es una ciudad en la que quebraron sus astilleros, donde hubo mucho desempleo. La gente se identifica con el fútbol, con su equipo, es su gran ilusión. Saber esa parte de la historia te da un plus de motivación para dedicarles la final ante el Milán.

En la Liga española ya se ha apreciado un bajón de aficionados...

En Inglaterra todos los campos están llenos. Da igual quién juegue. Todo está lleno e incluso los sonidos son diferentes. En España puede haber silencios de pasotismo, pero en Anfield se distinguen hasta los silencios de ansiedad, señal de que la gente está siguiendo con interés el partido.

Dígame el aspecto más curioso que ilustre la singularidad del vestuario del Liverpool...

De entrada, nuestro vestuario. El del equipo local es más pequeño en Anfield que el del visitante. El mejor, para el rival. Es un signo de humildad y así nuestro equipo está más junto, más unido. Son actitudes simbólicas, como el tamaño del marco de la puerta de acceso a nuestra caseta.

¿El tamaño?

Sí, es muy pequeño. Seguramente es para que al pasar debajo de él la gente se sienta más grande. Uno se siente más poderoso.

¿Hasta dónde llega la pasión de la gente por el Liverpool?

Un día me encontré un funeral sobre el césped. Me quedé de piedra.

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