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Primera | Valencia

El Valencia está en liquidación

El fracaso de la presente temporada obliga al club a escuchar ofertas por todos los jugadores de la plantilla

L. G. Miravet
Actualizado a
<b>CABIZBAJOS. </b>La plantilla valencianista no levanta cabeza.
eduardo gonzález

El aún vigente campeón de la Liga está en pleno proceso de descomposición. Tras ser proclamado en 2004 mejor equipo del mundo y trascurridos apenas nueve meses, el Valencia ha dilapidado todo el proyecto deportivo y ha colgado el cartel de "liquidación". El final de esta temporada, como el domingo reconocía el propio Antonio López, está siendo un auténtico suplicio para un grupo de futbolistas acostumbrados a ganar durante los últimos años. Ahora, a falta de tres jornadas, la plantilla sólo piensa en acabar con dignidad una campaña para olvidar. Mientras, el presidente ya prepara una profunda remodelación pensando en la próximo proyecto.

La idea que ahora mismo se tiene en el club es que nadie es imprescindible, y por ello, están dispuestos a escuchar ofertas por cualquier jugador. En primer lugar van a intentar deshacerse de la herencia dejada por Claudio Ranieri. Stefano Fiore y Bernardo Corradi tienen una salida más que segura. El agente del ex de la Lazio, Federico Pastorello, anunciaba ayer que ya está en contacto con el Inter de Milán para cerrar un traspaso. "Un jugador como él difícilmente puede quedarse una temporada más en esta situación. Estamos intentando con el club encontrar una solución buena para todas las partes. El entrenador del Inter conoce muy bien a Stefano y mi trabajo es encontrar un terreno fértil para el jugador". También está decidido que uno de los dos porteros saldrá del equipo. Santi Cañizares o Andrés Palop deberán abandonar la entidad de Mestalla. Además, futbolistas que en un pasado no muy lejano eran parte vital de la estructura deportiva, en estos momentos, su labor se encuentra en entredicho desde dentro de la entidad de Mestalla. El ejemplo más evidente está en la figura del media punta argentino Pablo Aimar.

Pero la renovación que se quiere llevar a cabo no sólo va a afectar a los jugadores, también el organigrama técnico va a sufrir variaciones. Soler tiene que decidir quién será el nuevo inquilino del banquillo, y quién va a ocupar el sillón del director deportivo. Además, el presidente está pensando seriamente desde hace varios meses fichar un asesor personal que lo guíe en los asuntos meramente deportivos. Durante su primer año de mandato se ha dejado asesorar por demasiada gente y no siempre ha recibido los mejores consejos. En cambio, en la parcela económica no necesita ayuda.

Unas medidas difíciles de acometer a corto plazo porque la plantilla al completo tiene contrato en vigor. Y por si fuera poco, esta misma campaña, Juan Soler ha renovado con contratos muy largos hasta ocho jugadores (Marchena, Caneira, David Navarro, Palop, Vicente, Sissoko, Mista y Angulo). Entonces se pensaba que era necesario y casi obligatorio darle continuidad al equipo que fue capaz de conseguir el doblete histórico de Liga y UEFA. Ahora, el pensamiento es bien distinto. Y son muchas las voces que acusan al presidente de precipitarse de forma innecesaria.

Parte de la afición cree que el rendimiento de los jugadores ha disminuido una vez logrado el objetivo de asegurarse el futuro. Lo mismo sucedió con López, al que se le amplió el contrato tan solo tres partidos después de sentarse en el banquillo valencianista.