Joan Gaspart

"Mi madre y la de Luis Enrique son las más populares en el Bernabéu"

"Con lo que me habéis atizado y aquí estoy. Si es que no me equivoco cuando digo que no tengo enemigos". Ejercicio de fair play por parte de Joan Gaspart, ex presidente del Barcelona y el gran ausente azulgrana en el clásico de esta tarde en el Santiago Bernabéu. El otro es Deco, que se lo pierde al estar sancionado.

Tomás Guasch
rodolfo molina

¿Pagaría por estar hoy en el palco del Bernabéu o se ha hecho hincha del sillón ball?

No, con el Barça de por medio no cambiaré jamás. Llegué a creer que con el alejamiento se enfriarían mis pasiones, pero no puedo: fui incapaz de ver acabar el partido con el Betis. Estaba en casa y el 2-3 me desbordó. El gol de Gio me pilló dando vueltas por el pasillo. No, no me curo. ¡Pero es que tampoco me medico! El Barça me supera juegue a lo que juegue

¿A qué edad empezó a notar que el Madrid le daba urticaria?

Tengo 60 años y soy socio del Barça desde hace 55. Al Madrid siempre lo contemplé desde la pasión, con respeto como club, pero convencido de que era el gran rival deportivo desde que tengo uso de razón. Era el rival que me impedía ganar la Liga o la Copa de Europa, un partido con ellos es distinto a todo para mí: es el partido, el momento. Los nueve puntos de ventaja no existirán a las siete de la tarde: hay que ganar y contar después.

Y más en el Bernabéu.

Claro. El estadio en el que mi madre y la de Luis Enrique son las más populares.

Ya.

En su día me dolió que el Real Madrid me declarara persona no grata porque no lo merecí. Se tomaron a mal que dijera que la señora de los lavabos me parecía la más simpática de las que estaban en el palco del Bernabéu: agradecí sus atenciones cuando me veía mal de tan nervioso. No quise decir que las demás señoras no fueran simpáticas, me limité a alabarla a ella y se lo tomaron mal. Sí, alguien que siente el Barça como yo irrita al madridista, pero lo grande de todo esto es que jamás tuve un lío con los aficionados. En cierta ocasión, después de un partido como el que se va a jugar hoy, salí a la calle en contra de la opinión de la Policía y me metí en un bar al que acuden los ultras del Real Madrid, sin saberlo. Me identificaron y vinieron hacia mí. Me dijeron que me entendían, que en el campo ellos pensaban igual que yo, pero fuera podíamos tomarnos unas cervezas... y nos las tomamos.

Usted dijo un día que se siente un boix noi: tela.

Cuando dije eso me referí al espíritu, a lo que ellos sienten por el Barça, por su pasión. Pero hasta ahí: yo odio la violencia en el fútbol y jamás en mi vida he estado de ese lado. El mío es el del diálogo.

¿De alguien del Madrid se enamoró alguna vez?

Admiro profundamente a Butragueño y a Raúl como futbolistas y como personas que he conocido de cerca. Me encanta su forma de ser y de actuar. Y eso que me han hecho la pascua más de una vez.

Incluso cuando no se han enfrentado al Barça.

Por supuesto. Cuando digo que quiero que el Madrid pierda siempre es porque sé positivamente que cada punto que suma es malo para el Barça. La experiencia me demuestra que, al final, el Madrid siempre aparece. Me fastidió que ganaran en Albacete, de la misma manera que estoy convencido de que al madridista le amargó que empatáramos un partido que perdíamos por 1-3 con el Betis.

¿Hay Liga, Joan?

La Liga es del Barça pase lo que pase hoy. Tenemos a favor puntos, jugadores, equipo y calendario. Pero eso es hoy, ¿eh? Yo no me fío del Madrid: el año que viene fichará bien y tratará de recuperar el espacio perdido.

¿Cree en la recuperación de la Galaxia?

La temo. Florentino eligió un buen modelo y yo pagué las consecuencias. Fichó grandísimos jugadores y todos sufrimos la llegada al Madrid de Figo, de Zidane Pero el tiempo pasa y otro equipo, precisamente el mío, ha sabido superarle porque en fútbol no hay nada eterno. Ahora mandamos nosotros porque lo hemos hecho mejor. Pero ya le digo: del Madrid no me fiaré nunca.

¿Qué hizo usted mal como presidente?

Me faltó reflexión a mi llegada. Mi bandera de la experiencia me hizo ganar las elecciones, pero se volvió en mi contra. Llegué y perdí un jugador excepcional como Figo y quise taponar enseguida la herida de su marcha. Aposté por Overmars y no resultó. Tras veinte años de vicepresidencia no podía llegar y decirle al socio: espere, déjeme un año para aterrizar y ver qué hago. Se entendía que yo llegaba e iba a acertar y no acerté con Overmars y con otros fichajes, de la misma manera que la junta actual fichó gente que ha desaparecido. Pero ellos, los de ahora, sí tenían un margen de maniobra. No me siento frustrado de mi etapa presidencial: monté el equipo de baloncesto que acabó ganando por fin la Copa de Europa, dimos los primeros pasos en la construcción de la Ciudad Deportiva, que algún día se acabará Pero a un presidente no se le juzga por lo patrimonial ni por lo social, ni siquiera por lo económico: se le juzga por lo deportivo y yo no acerté.

¿El peor día de su vida fue el de su dimisión?

No podía continuar aferrado al cargo. Llevaba dos años de presidencia y el Barça no estaba donde merece estar. No podía seguir y me fui. Me costó un gran sacrificio, pero siento que el socio valora mis esfuerzos por servir a nuestro Barça: yo fui el vicepresidente deportivo en los fichajes de Schuster, Maradona, Romario La gente reconoce que el tándem Núñez-Gaspart fue bueno como buena fue la labor de otros como Casaus, que han pasado injustamente al olvido.

Se le ha acusado de meter mano en la caja. Perdóneme la brusquedad, pero para qué andar con paños calientes.

Me consta que unos por cumplir con su obligación y otros porque tenían ganas de hacerlo han buscado y rebuscado pruebas de eso que usted dice: se han abierto cajones y más cajones y no se ha encontrado nada. Yo me he podido equivocar, pero de lo otro, ni hablar. Es más: a mí, el Barça me ha costado mucho dinero. Pero como era mío y lo ponía voluntariamente, no espero que nadie me de las gracias. Joan Gaspart no ha hecho nada incorrecto en el Barça, jamás en su vida.

¿Cuál es su jugador favorito ahora?

Deco me parece extraordinario. Me recuerda a Asensi, Calderé, Víctor, ese jugador que no es el mediático, pero que todos quieren en su equipo. Me encanta Ronaldinho, por supuesto, y los goles de Etoo, pero siento debilidad por Deco. Y me entusiasmo con Valdés: si sigue en el Barça es porque yo le convencí para que no se fuera.

Cuando tuvo un enfrentamiento con Van Gaal.

No lo podía ni ver; le mandó de vuelta al Barcelona B en cierta ocasión y el chico había decidido marcharse del club. Lo llamé a mi despacho y vino acompañado de sus padres. Al final le convencí de que se quedara.

¿Recuperar a Van Gaal fue su principio del fin?

Los lunes yo acierto todas las quinielas

Ya. Lo bueno es acertar el domingo.

Eso es. Uno apuesta y le sale o no le sale. El otro día hablaban de Puyol y el Madrid y es cierto que estuvo muy cerca de marcharse. Por eso le ofrecí un contrato que me criticó mucha gente, pero que a la vista está que fue un acierto. Como lo de Valdés. Unas veces aciertas y otras te equivocas, pero la responsabilidad es siempre del presidente. Y eso que todos los fichajes de mi etapa presidencial, todos absolutamente, fueron bendecidos por los técnicos.

¿Y en la pelea Laporta-Rosell, con quién está?

Con los dos, porque yo creo en los tándems. El que formaron Bernabéu y Saporta fue terrorífico para el Barça, de la misma manera que el que formamos Núñez y yo fue terrorífico para el Madrid. Se trata de encontrar el equilibrio, uno aceptando el liderazgo del presidente y el otro, Laporta, admitiendo que Rosell tiene un profundo conocimiento del mercado futbolístico. El Barça necesita del carisma del presidente y de la sabiduría del vice.

¿Cómo vio lo de Pino?

No se de qué se queja el Betis, no se por qué no se culpan de dejar sólo a Gio en el tercer gol. ¿Ese también fue culpa del árbitro? ¡Por favor!

Vamos, que fue todo normal.

Hasta dónde yo vi, normalísimo.

Perfecto, Joan. Y puesto que a usted lo que más le iba era fichar, ¿a quién ficharía para el Barça si pudiera?

Al que tuve firmado en Cannes y no me dejaron; firmado por su padre incluso. Pero el técnico de los técnicos no lo quiso.

A ver, a ver

Le hablo de Henry.

Y el técnico de los técnicos será Cruyff.

En efecto. Cruyff no quiso a Henry con 18 años. Por el contrario, llegaba Johan y aconsejaba a uno que apenas nadie conocía, por ejemplo Stoitchkov, y daba en la diana. Pero sí, yo ficharía a Henry porque marca la diferencia y porque la plantilla del Barça es tan buena que costará encontrar quien la mejore. Siempre de acuerdo con ese fenómeno que es Rijkaard.

Todo un caballero, Frank Rijkaard.

No recuerdo un entrenador más serio, menos polémico, más respetuoso con el adversario y con más saber estar que él. Y como a todas estas virtudes une una gran valía técnica, la verdad que es que estamos ante un fenómeno, ante una persona que siempre sabe estar en el lugar que le corresponde. He conocido caballeros como Robson o Menotti, pero ninguno como Frank.

Si gana hoy, va usted al aeropuerto y lo saca a hombros.

¡Encantado! Porque ganaremos, ¿eh?

¿Y si no ganan?

Puede suceder, no lo creo, pero puede suceder. Y si sucede, ya se lo que les diré mis nietos.

A ver

No pasa nada.

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