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Internacional | Inglaterra

Benítez le ha dado la vuelta al Liverpool

Hasta la llegada de Rafa Benítez, el Liverpool mantenía una tradición que nació en 1959. Desde Bill Shankly, siempre había ex jugadores del club en el cuerpo técnico. Ahora no. El español ha sido el elegido para cambiar el rumbo de una entidad que quiere reverdecer laureles tanto en Inglaterra como en Europa.

<b>FRENTE A LOS CAMPOS DE MELWOOD. </b>Rafa Benítez contempla los campos de entrenamiento desde su despacho en la instalaciones. Sus muchas ocupaciones le impiden a veces entrenar al equipo.
reportaje gráfico: jordi adriá

Se respira respeto en el interior de uno de los clubes más legendarios del planeta (4 Copas de Europa, 3 Copas de la UEFA, 2 Supercopas de Europa, 18 Ligas, 6 Copas de Inglaterra, 7 Copas de la Liga y 14 Charity Shields). Respeto al pasado (sigue colgada la portada de France Football con Michael Owen y su Balón de Oro), a las formas (todos saludan y te dan la bienvenida, desde las cocineras al utillero) y a la autoridad.

A Rafa Benítez se le venera porque aquí se aprecian los títulos y porque saben que él es el jefe y guía de este Liverpool, en plena fase de transformación en el que es el mayor salto histórico de sus últimos cuarenta y cinco años. El respeto es la característica que más me ha sorprendido de la gente del club, dice Rafa.

Antes de la llegada de Benítez, el Liverpool mantenía la tradición, desde la llegada de Bill Shankly en 1959, de tener a ex jugadores como miembros del cuerpo técnico: el conocido como sistema del boot room (sala de botas).

Hasta Gerrard Houllier siguió contando con antiguos futbolistas del club y ha sido el preparador español el primero en romper con la historia. Benítez ha devuelto la ilusión a este histórico club y nadie llora la desaparición de esta antigua tradición: se necesitaba una mirada nueva para un club que envejecía a pasos de gigante.

Benítez ha enseñado a AS un día de trabajo en Melwood, el campo de entrenamiento del Liverpool. Un día que se alarga desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde (a veces hasta la nueve), repleto de actividad. Él dirige al primer equipo, pero también se ocupa de la cantera y de los fichajes. Es técnico y mánager a la vez. El sueño de todo entrenador: tener todo el poder deportivo de decisión en sus manos.