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Primera | Betis 1 - Valencia 1

El Betis se queda a un gol de ser el Werder Bremen

Edu contrarrestó el gol a lo Benito Floro de Di Vaio

Actualizado a
<b>SIN CONCESIONES. </b>Así se emplearon Valencia y Betis como demuestran Corradi y Rivas.
morenatti

Venía el Valencia con el lógico temor de que le ocurriese lo mismo que en Bremen. Ya saben. Comienzo de partido ganando y bailando al rival y final desastroso con derrota que sirvió para que el señor Ranieri, don Claudio, volviera a recordar a la clase periodística que ustedes no marcan los goles...pero en fin. El caso es que el conjunto valencianista comenzó arrasando, arrollando y acorralando a un Betis que no se creía lo que estaba sucediendo. El partido apuntaba a goleada, y de las gordas. A los nueve minutos ese goleador de seda llamado Di Vaio cazó, desde el borde del área, un saque de banda efectuado por Carboni. Ya ven. Toda una vida explicando Benito Floro su teoría sobre el saque de banda y ha tenido que esperar más de una década para comprobar que es efectiva y puede terminar en gol. En esa jugada se durmió todo bético viviente, incapaz de sacar el baloncito de marras y el italiano, a lo suyo, a enchufarlas y a marcar. Insisto. Minuto nueve y el Valencia mandaba, ganaba y amenazaba.

Otra vez Edu.

Parece raro decirlo, pero da la impresión de que este Valencia está cansado. No por el exceso de partidos, sino por el viajecito que se le ha organizado, lejos de su Turia. Según Ranieri, para hacer grupo. Bueno. Pues muy bien. El grupo (el valencianista, se entiende) se durmió y el Betis empezó a funcionar al ritmo que marcaba Joaquín, que se las tuvo tiesas con ese ilustre veterano llamado Carboni, que ha hecho un pacto con el Dorian Gray (está hecho un pincel) pero también con Tyson (no vean como reparte leña al más puro estilo italiano, es decir, sin que se note demasiado). Total que una pérdida de balón de Baraja dio como resultado una eléctrica galopada de Oliveira cuyo centro fue rematado por Edu, quien logró su tercer gol como jugador verdiblanco. Alegría en las gradas y el Valencia, a las andadas. Como en Alemania

Y a partir de ahí, el equipo que mandaba, que templaba y que tenía ocasiones fue el Betis. El Valencia, con un fútbol rácano e impropio de un equipo campeón, sólo buscaba la contra, la espalda del rival. Y tuvo la fortuna de conseguirlo a los 71 minutos en un mano a mano entre Di Vaio y Prats, pero el portero mallorquín desbarató el que podía haber sido el injustísimo 1-2.