Europeo Sub-19 | Turquía 0 - España 1

Eurovaselina de Borja

El medio madridista metió un golazo que dio el título a España. Los de Ufarte fallaron mucho. Primer trofeo tras cuatro finales perdidas

Borja Valero, mediocentro del Madrid, dicen que es sonriente aunque éste que escribe no le ha visto sonreír demasiado, para qué les vamos a engañar. Borja Valero andaba mosqueado con este cronista, y no sólo por no darle ni bola que le decía una y otra vez cuando se encontraba con él en la concentración de Jongny. Lo que él quiere es que su nombre de guerra sea Borja y este cronista lo ponía en las fichas como Valero. En las fichas, sólo, porque Valero (perdón, Borja) apenas había jugado en este Europeo. Lo había hecho ante Polonia, en un partido que ni fu ni fa porque España andaba ya clasificada para semifinales, y le habíamos puesto tres ases de esos que califican a los futbolistas en este periódico. No fue un abrazo a las farolas. Ayer, Borja no llevaba diez minutos sobre el terreno de juego cuando no sólo se ganó los tres ases, quizá cuatro, sino todo un campeonato de Europa Sub-19 para España.

Hay quien dice que en las finales y las citas importantes se peca demasiado de romanticismo. Nos preocupamos de la corbata y los zapatos y nos acabamos dejando la bragueta abierta, la chica se ríe, claro. A los españoles, a medida que envejecemos, nos gana el romanticismo y perdemos eficacia, terminamos en el sexo con amor, como los casados. Por eso no pasamos de cuartos. La cantera sí llega a las finales y la de ayer, al menos en la primera parte, fue una de esas en las que los jugadores se miran más al trasero que a los ojos. Por eso apenas atacaron España y Turquía. España fue más atrevida, pero sin continuidad y sin tino. Juanfran se perdía en el último pase, Víctor se ha acostumbrado demasiado a jugar delante. Y Soldado. Falló El Matador. En la primera parte, en un tiro cerca del poste y otro que se estrelló en Ozcan. Al principio de la segunda, el gol de Abreu repetido. Demasiado romanticismo, y ya se sabe que Camacho, de romanticismos, los justos. Él, o fichálo, fichálo o imparable. Nada de medias tintas.

En las de Soldado estábamos, no hubo mucho más (ni menos) de lo que hablar en la primera parte. Para la segunda, Turquía se había puesto las pilas, que no eran alcalinas, no, pero que le alcanzaban para meter jindama a los españoles. El laxante se llamaba Ali Osturk, el hombre que pone glamour en esta Turquía de trabajadores y que mandó una fuera y Ribas tuvo que sacarle otra.

Ufarte tiró de banquillo y del banquillo salieron Gavilán, Joan Tomás y Valero, que la empujó a la red, por fuera. Diez minutos más tarde le perdonamos el delito. Borja, Valero o como quieran, dijo aquí estoy yo, para qué nos vamos a ir a la prórroga porque qué cansados estamos todos y además, las prórrogas no se nos dan bien a los españoles, qué decir a los españoles románticos. Golazo golazísimo, golazisísisimo que diría Papuchi el suyo, en el 92+, que es de esos momentos en el que sólo aparecen dos tipos de futbolistas: o los muy torpes o los muy genios. Valero la paró en el área, un turco por aquí un turco por allá, la danza del vientre. Miró a Ozcan, que recitaba el qué hecho yo para merecer esto mientras veía cómo no llegaba a la vaselina perfecta, que se había atrevido a lanzar el madridista. Valero la metió, saltó y lo vi sonreír sólo un poco porque, en realidad, es un tipo frío. Borja Valero, el héroe romántico que le dio el Europeo Sub-19 a la cantera española, la mejor de Europa y quizá la mejor del Mundo. Qué pena de lo que ocurre después.

España gana el Maurice Burlat

La UEFA cumple 50 años y lo celebró con una cena posterior a la final en la que estuvieron los españoles. Allí, el presidente de la Federación, Ángel María Villar, recibió el premio Maurice Burlat, que premia a la Federación con la mejor cantera en los últimos dos años. España tiene un palmarés brillantísimo en el fútbol juvenil europeo. Ha disputado más finales (18) y posee 11 títulos.

Ribas cumplió su promesa

Lo bueno de muchas promesas es que hay que cumplir lo prometido. Así, Ribas se rapó la cabeza. Después, la UEFA invitó a la delegación española a una cena de gala en la que estuvieron los dos equipos y ex futbolistas como Katalinski, Rubens y Calderón.

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