Eurocopa 2004 | Alemania-Holanda

Van Nistelrooy, a escena

Ladislao Javier Moñino
reuters

Desde aquella final del 74, el Alemania-Holanda se ha convertido en un clásico en el que abundan las afrentas y éste no va a ser menos. A las diferencias de estilos y la rivalidad por vecindad, se han unido las picajosas declaraciones de Franz Beckenbauer. Otro que también ha afilado la lengua ha sido Van Nistelrooy, que manifestó días atrás que no le importaría para nada amargarle el cumpleaños a Oliver Kahn. Hoy cumple 35. Para el delantero holandés, esta Eurocopa supone su primera gran competición entre selecciones: se perdió la Eurocopa 2000 por una grave lesión y tuvo que ver el Mundial de Corea y Japón por televisión al ser parte del mayor fracaso de Holanda en los últimos veinte años.

Se presenta Holanda con una mezcla de jugadores veteranos que no han confirmado las expectativas que despertaba su talento y una nueva generación marcada por su descaro. En este sentido llama la atención el mediocentro del Ajax Sneijder, que tiró del carro en la repesca ante Escocia. Desde entonces, Advocaat le ha reservado un sitio en el equipo titular sin importarle que eso mandara al banquillo a algunos pesos pesados como Seedorf, que no ha digerido que un novato le aparte de la titularidad y lo que es peor, de una de sus posiciones preferidas: mediocentro. La de mediapunta se la ha robado Van der Vaart, otro que liga con el tradicional buen gusto que Holanda siempre ha tenido a la hora de mostrar un estilo.

Como siempre.

En los alemanes no hay ninguna novedad a estas alturas de competición. Como siempre, llegan denostados por la Prensa de su país, aparentemente sin equipo y con el seleccionador vapuleado y cuestionado. Futbolísticamnte, confían en Ballack, en Kuranyi y en el carrilero Lahm. Sicológicamente fían su fortaleza a esa tautología histórica que dice que somos alemanes, luego ganamos. Esa extraña confianza, que en otras selecciones sería banal, en su caso sirve para acongojar a los rivales. Es casi imposible encontrar una declaración de un futbolista o de un seleccionador menospreciándolos o sacándoles de la lista de favoritos. La mística del fútbol les atribuye un sentido de equipo en cuanto el balón se mueve que tiene efectos balsámicos. Para entonces ya no importan los malos rollos en el vestuario, sólo ir y venir, machacar y machacar. Sólo importa defender una historia plagada de títulos con los que nadie contaba...

Beckenbauer hace patria

Franz Beckbenbauer, héroe de la Alemania del 74, arrimó el hombro contra el ánimo de Holanda. Con el sensacionalista Bild como altavoz, el ex futbolista apuntó al 4-3-3 hacia el que ha girado Advocaat: Si regresa, como ha anunciado, al sistema de dos alas, Van Nistelrooy estará solo en punta. Así, los holandeses se privan de sus propias armas y se arriesgan a derrotarse ellos mismos. Y acabó con una ducha de optimismo para Völler: Rudi no tiene que tenerles miedo. Ellos cuentan con mejores individualidades en ataque, pero nuestro bloque es mejor y nuestro centro del campo es más equilibrado.

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