El matagigantes quiere conquistar la mezquita

Nadie en Figueres pensaba, al principio de temporada, que el club llegaría a cuartos de final de la Copa del Rey. Se hizo un equipo pensando en hacer un papel digno en la Liga, buscando, eso sí, la promoción de ascenso a Segunda División. Pero a la chita callando y con toda la ilusión del mundo, el conjunto ampurdanés se metió en cuartos de final de la Copa por la puerta grande. Ahora viaja a la mezquita cordobesa con toda la motivación del mundo.

El sueño comenzó cuando el todopoderoso Barcelona visitó Vilatenim. Los directivos blanquiazules se frotaron las manos, cuando les cayó el gordo de Navidad antes de hora. Pero la sorpresa fue mayúscula cuando Kali Garrido, en el primer minuto de la prórroga, clasificaba al equipo para octavos. La fiesta fue tan grande que el presidente del equipo, Albert Domínguez, y varios de sus compañeros de junta se metieron en un coche fúnebre para celebrar la victoria, y eso aún escuece en el Camp Nou.

Pero la historia del equipo fue a más. Llegó Osasuna con ganas de acabar con la leyenda ampurdanesa y se dio de bruces con el matagigantes. El partido acabó con empate a cero y, desde el punto de penalti, los chicos de Gratacós hicieron más grande la historia, ya que eliminaron por 4-2 a otro Primera. Las palabras de Miguel Ángel Lotina fueron claras: "Pasó el Figueres porque lo ha merecido más que nosotros".

Con el pasaporte de octavos en la mano, en Vilatenim soñaban con la posibilidad jugar los cuartos de final. El Novelda, también de Segunda B, podía complicar un poco las cosas. Pero no fallaron y el Figueres llegó, por la puerta grande, al día de hoy.

Por su parte, el Córdoba, 14º en Segunda, aspira a lo mismo y busca las semifinales. Eliminando a equipos de la talla del Murcia, Jaén y Mallorca, los andaluces también se han escrito de su puño y letra un currículo ejemplar. Su técnico, José Murcia, pide ante todo "prudencia " para la masa social del club".