Rojo resucita ante un equipo de Halloween

Ni Amenábar hubiera ideado una mejor historia de terror: el Betis de la redada en Halloween (la noche de los muertos, en inglés) perdió y resucita a un difunto al que sólo le faltaba el entierro, Rojo, en un escenario que da pavor: bajo el diluvio universal ¡en Sevilla! y con la afición verdiblanca, mosqueada por lo del miércoles, en contra de los suyos.

Muy cabreado debía estar San Pedro con las huestes pecadoras de Lopera, porque mandó toda el agua —¿ha llovido alguna vez tanto en Sevilla?— del mundo para perjudicar su juego. Mientras el Zaragoza se metía en su papel de zombie, un equipo al que los resultados han quitado casi por completo el espíritu, la intensa lluvia acababa de desalmar a un Betis resacoso con la redada de Lopera en Halloween y los silbidos de sus propios aficionados. Truenos, centellas, un terreno de juego que empeoraba como la cara del Drácula de Bram Stoker y dos caricaturas de equipo... Igual a espectáculo terrorífico. Eso fue la primera parte, de la que apenas se puede rescatar un zurdazo de Acuña al larguero y las equívocas andanadas de Joaquín, intimidado por la grada.

El antifútbol y los miedos planeaban sobre el ya esperpéntico césped de Heliópolis cuando anochecía. Comenzó entonces la segunda parte, y el Zaragoza, un vampiro en su propia salsa, aprovechaba la única manera de hacer gol que permitía el cada vez más desastrado césped: a balón parado, un córner. Templaba Acuña y cabeceaba Aguado... Directo a la garganta bética.

Se revolvía Juande, y la grada, y los sustitutos Joao Tomás y Dani para sacar cinco o seis ocasiones claras de entre el cementerio en el que se había convertido Heliópolis, pero el destino parecía escrito, como el guión de una película de John Carpenter: Rojo se llevaba tres puntos que lo resucitan de entre los muertos. Juande, mientras tanto, prorroga la pesadilla que comenzó en Halloween. Y, ¡Más miedo!, ahora llega el derby contra el Sevilla...

Pitos de la grada para Joaquín y Denilson.

La resaca de la redada en Halloween no se hizo esperar. El Betis fue pitado en su salida, pero sobre todo Joaquín y Denilson, que han aparecido mucho en los medios como protagonistas de la fiesta y casi no pueden salir del césped al final del encuentro.