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Primera División | Valladolid 0 - Betis 2

Zorrilla ya es como un templo bético

Quinta victoria seguida en Pucela de los de Juande, en Champions

Actualizado a
<b>DESDIBUJADO, PERO GOLEADOR</b>. Denilson no tuvo su tarde, pero logró anotar el segundo gol de Betis ayer.
Rubén García

A la quinta tampoco fue la vencida para el Valladolid, porque Juande sumó una manita de triunfos —todos— ante los pucelanos, y porque el Betis hizo lo mismo que en sus últimas cinco visitas a Zorrilla: llevarse los puntos. Los tres de ayer lo colocan en el cielo de la tabla, justo donde pone Zona de Champions. En Valladolid, la preocupación se acerca al abismo de la crisis.

La cosa comenzó con pitos, los de una afición pucelana rencorosa todavía de la visita en la 98-99, cuando una alineación indebida permitió a los béticos sacar del despacho los puntos que habían perdido en el terreno de juego. Lo de ayer, sin embargo, no tuvo nada que ver con aquello. Más ordenado, con más calidad en ataque y, sobre todo, más serio en defensa con Juanito y Filipescu inexpugnables, el Betis fue justo ganador de un partido que desequilibró en la segunda mitad.

Porque la primera fue un monólogo dramático de centrocampismo. Hamlets por un día, Lozano y Richetti eran el retrasado centro de gravedad de un Valladolid inútil en la creación e incapaz en ataque, con Tote, que marcó un golazo en Málaga, desdibujado por completo. Les imitaban Ito y Calado, ocupados única y exclusivamente de destruir lo poco que creaba Capi, ahogado en posiciones demasiado adelantadas para él. Un disparo suyo, el cabezazo que Juanito (magnífico en defensa el canterano) falló en boca de gol y las apariciones de Fernando Sales por la derecha fueron las únicas alegrías que dejó el primer acto en las retinas.

Sales está en el Valladolid pero, al igual que Capi y Juanito, salió de la factoría bética. Varela y Joaquín, que comparten la banda derecha verdiblanca, también. El interior, una de las revelaciones de este inicio liguero, tuvo una tarde gris que alumbró Varela a comienzos del segundo tiempo con un disparo a la escuadra desde 30 metros. Groggy por el zambombazo, la defensa pucelana se durmió para que Denilson, goleador precisamente en su peor tarde del año, sentenciara la quinta victoria consecutiva del Betis en Zorrilla.