NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

CELTA

15 años del nacimiento de Iago Aspas

El moañés debutó en Balaídos el 6 de junio de 2009 con un doblete que evitó el descenso del Celta a Segunda B y espantó los fantasmas de la desaparición.

Iago Aspas, a hombros de Dani Abalo tras su doblete ante el Alavés en su debut en Balaídos.
Lalo R. VillarDiario As

Parece que ha pasado una eternidad, pero lo cierto es que hace tres lustros a estas horas todo el celtismo estaba en vilo por un partido que podía poner en peligro la viabilidad del club. Enfangado de deuda hasta las cejas, el Celta recibía al Alavés en Balaídos en la antepenúltima jornada, un partido de vital transcendencia ante un rival directo por la permanencia. Y lo de vital era literal, ya que la palabra desaparición aparecía como una opción real en caso de descenso. La victoria suponía la salvación matemática, pero una derrota metía a los celestes en descenso a Segunda B a falta de solo dos jornadas.

Ante tal panorama, la tensión era máxima para una plantilla llamada a pelear por cotas mayores. Quizás por eso las piernas temblaron más de lo habitual y fue el Alavés quien generó una ocasión tras otra. La primera hora de partido fue un auténtico drama para la parroquia celeste, que aguardaba el golpe en cualquier momento. Se estaba escribiendo la crónica de una muerta anunciada. El gran héroe estaba siendo, de hecho, el portero Falcón, que consiguió sostener al Celta en esa primera hora con paradas inverosímiles.

Todo cambió al cabo de esa hora. Todo cambió cuando Eusebio Sacristán decidió llamar a un chaval que portaba el dorsal 28. Su nombre era Iago Aspas e iba a realizar su debut en Balaídos, en el momento más crítico de la historia del Celta, pues un gol del Alavés suponía un paso a la tumba. Pero Aspas empezó a forjar su leyenda en el escenario más difícil posible. Visto con perspectiva, aquel estreno fue la escenificación perfecta de lo que luego demostró el moañés a lo largo de su carrera. Salió en el momento más caliente del partido para darle la vuelta como a un calcetín. Era su debut en Balaídos, pero pareciera que llevara una década jugando allí. Era el novato y se comía a los veteranos con su arrolladora personalidad.

De hecho, el partido cambió por completo con la entrada de Iago Aspas. El Celta pasó de estar sometido, encerrado en su cueva con el paraguas abierto, a llevar la batuta del encuentro. Seguían jugando de celeste, pero el equipo parecía otro. Aspas estuvo a punto de marcar en un mano a mano con Bernardo tras un pase de Trashorras. Quiso regatear al portero mirando hacia otro lado y ese primer truco de magia no le salió por centímetros. Igual que tampoco le salió el siguiente, disparando raso desde lejos a la cepa del poste al ver que el portero babazorro estaba mal colocado. Balaídos no podía disfrutar por la situación de extrema necesidad, pero Aspas estaba ofreciendo un repertorio impropio de un debutante.

El éxtasis llegó a falta de diez minutos, cuando su amigo Dani Abalo le puso un centro medido al corazón del área pequeña. El moañés cabeceó con el alma a la red, para delirio de Balaídos. El alivio era mayúsculo entre todo el celtismo, que ahora sí disfrutaba de la celebración de su nuevo héroe. Aspas casi pierde los pantalones durante la celebración y se quitó la camiseta, sus compañeros se lo comían a besos. Con este resultado la salvación era matemática y la palabra desaparición desparecía del mapa.

Pero aún quedaba un último giro de guion. El Alavés empató en el 89′ e instaló de nuevo el miedo en Balaídos. De hecho, los vitorianos gozaron de una ocasión muy clara en el descuento para establecer el 1-2 y meter al Celta en descenso. Lo que sucedió fue que, acto seguido, Iago Aspas completó su doblete con un tanto de oportunista. Bernardo rechazó el disparo de Abalo y el moañés, más inteligente que nadie, captó donde tenía que estar para sellar, ahora sí, la permanencia definitiva. Hace quince años de aquello. Hace tres lustros que Balaídos asistió al nacimiento de una leyenda, el mejor futbolista de su centenaria historia: Iago Aspas Juncal.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.

Normas