La semana pasada eran muchos los que, tras meses confinados y sin poder viajar, volvían a las casas de sus padres. Sin embargo, lo que esperaban que sería un reencuentro lleno de ilusión, alegría y abrazos (o choques de codo, mejor dicho) fue más bien un encuentro lejos de ser cariñoso. Al menos eso fue lo que le ocurrió a Juan Amodeo, según el nuevo vídeo que ha subido en su cuenta de Instagram.

"Mamá, que ya he llegado a casa. ¡Sorpresa!", grita mientras entra por la puerta. "¿Qué haces aquí, niño?", le contesta esta. Acto seguido le dice que se quite los zapatos y se lave las manos, que tiene que avisar cuando va a ir a casa, que solo hay puchero para comer (recordemos que estamos en plena ola de calor) y que cuando se vaya recoja las cosas que le quedan en el armario. "¿Pero mamá, qué me estás echando o qué?", pregunta Amodeo ofendido.

Eso sí, después de una serie de críticas, comentarios nada cariñosos, y de obligarle a hacer tareas del hogar como arreglar el jardín, cuando el hijo dice que se va ya, ella quiere que se quede un poco más. "¿Ya te vas a ir?", le pregunta.

Tal y como señala Amodeo, pasan dos cosas: la primera, que las expectativas nunca se cumplen en la realidad, y la segunda es que las madres siempre se hacen un poco las duras. "Qué identificado me siento", señala uno de los comentarios. "Sobre todo por lo del puchero. Mi madre parece que tiene una plantación de garbanzo, me tiene como al niño de Paco Gandía".  El vídeo ha conseguido más de 312.000 reproducciones y 72.000 'likes' en solo unas horas.