Que ‘El Exorcista’ (1973) marcara la carrera de Linda Blair era completamente predecible cuando consiguió la nominación al Oscar por mejor actriz de reparto y ganó el Globo de Oro. Lo que no se sabía por aquel entonces es que habría más bien poca carrera cinematográfica de la que hablar durante las próximas décadas sobre la niña a la que siempre recordaremos como Regan MacNeill, el personaje poseído por Lucifer.

Las razones por las que su carrera (si es que la podemos llamar así) fuera cuesta abajo son las que se pueden esperar cuando una adolescente llega a la cúspide de Hollywood; la fama puede con ella. Pero para Linda Blair no solo era la fama la que la perseguía, sino varios fanáticos religiosos que la amenazaron de muerte por la película (lo que conllevó a que estuviera vigilada las 24 horas) y una operación de espalda causada por una de las escenas (bien es sabido que William Friedkin, el director, hizo todo lo posible para que la película fuera más realista asustando y llevando al extremo a los propios intérpretes).

Y no es momento para hablar del incendio y las muertes de varios actores que tuvieron lugar durante el rodaje de la controvertida cinta, pero también apuntan a lo que sabemos décadas después: Linda Blair, la niña que alcanzó su máximo (y prácticamente único) éxito a los 14 años con ‘El Exorcista’, tendría secuelas toda la vida.

Películas que no le hicieron justicia, drogas y problemas psicológicos

Por si la joven actriz no tuviera suficiente con sus propios psicoanálisis, Blair tuvo que enfrentarse a miles de periodistas que le preguntaban constantemente si era mentalmente estable. Y poco tiempo después la respuesta estaba clara: no lo era. Ante la enorme repercusión de la película, la niña se convirtió en un icono de las películas de terror y, lo que es peor, en el símbolo del demonio. Nunca sabremos qué hubiera sido de ella si ‘El Exorcista’ no hubiera triunfado tanto como lo hizo.

Lo que sí sabemos, sin embargo, es que Hollywood desperdició por completo el incuestionable talento de la pequeña. Blair participó en 1974 en películas que fueron un fracaso como ‘Born Innocent’ o ‘Airport 1975’ y fue en esa época, siendo solo una adolescente, cuando tuvo una famosa relación con el cantante Rick Springfield e incluso se fue a vivir con él.

Tres años después, en 1977, tuvo la oportunidad de coger las riendas de su carrera protagonizando la secuela de ‘El Exorcista’ (‘El Hereje’), pero la cinta fue un estrepitoso fracaso e hizo que Blair siguiera en la sombra. También influía por aquel entonces su notable aumento de peso, cuestión que no es especialmente bienvenida entre los jóvenes que buscan el éxito en Hollywood.

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Para más inri, ese mismo año fue arrestada por algo que también hemos visto más de una vez en el mundo hollywoodense: posesión y distribución de cocaína y anfetaminas. La condenaron a tres años de trabajos para la comunidad e ingresó nueve meses en un centro de desintoxicación. Cuando salió, su historia de lucha consigo misma no había acabado. Superó la adicción, pero tuvo que ingresar en un hospital psiquiátrico por depresión.

¿A qué se dedica Linda Blair actualmente, a sus 61 años?

Al menos la segunda etapa de su vida tenía un futuro más prometedor. Tras superar la depresión, Blair quiso demostrar a Hollywood que también había recuperado una figura sin sobrepeso: posó desnuda en varias revistas, ‘Playboy’ entre ellas, y también se desnudó en películas como ‘Rejas ardientes’ (1983) y ‘Calles salvajes’ (1984). Pero tras varios intentos más por permanecer en el cine (entre ellos en ‘Reposeída’ o ‘Scream’), en el año 2000 la actriz cambió de tercio y comenzó a luchar por los derechos de los animales.

Y es en este camino donde la hemos visto por última vez. Linda Blair se hizo vegana, publicó un libro en el que cuenta los beneficios de su régimen alimenticio, lanzó su propia línea de moda e incluso fundó en 2004 Linda Blair WorldHeart Foundation, una asociación que rescata a animales abandonados y maltratados que sigue activa actualmente.

Eso sí, Blair ha reconicido en más de una entrevista que aún sigue afectada por su papel en 'El Exorcista' porque el público nunca ha dejado que pase página. Y es que ser el icono de la película que ha marcado una era, que retó tanto el cine de terror como a los tabúes de una religión prácticamente intocable, y que ha sido copiada hasta el cansancio, deja secuelas a todo el que pille de paso. Y más aún a una protagonista de catorce años que vomitaba puré de guisantes, levitaba en la cama y giraba la cabeza 360 grados.